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Doyoung sabía que la segunda semana del mes era la peor, en alguna fecha de esos días su calor aparecía y era algo que le traía muchos problemas, considerando que era un omega que estudiaba, trabajaba y cuidaba a su hermano al mismo tiempo, aunque su hermano no era tan menor ya.

—¿realmente vas a estar bien hoy?—preguntó preocupado Yukhei, un alfa que también trabajaba como mozo en el resto bar más frecuentado de la zona.

—sí, estaré bien—murmuró con dificultad Doyoung, sentía calor en todo su cuerpo y lo que parecía simple sudor era productor de su cuerpo con ganas de follar.

Y debía admitir que hacer que Yukhei  lo folle en el baño sonaba tentador, sobre todo porque tenía un gran fetiche con los alfas extremadamente grandes y tontos.

La noche pasó como una tortura y Doyoung sabía que cada alfa que entró al lugar casi de inmediato llevó su mirada al pantalón ajustado que Doyoung llevaba y no exactamente porque fuera ajustado sino por el hecho de que el aroma de su calor se filtraba por cada parte de su cuerpo.

Su horario terminaba a las dos de la madrugada pero el gerente decidió liberarlo antes a pesar de la cantidad de gente, eran las once y media y el hombre le dijo "Doyoung puedes irte, ve a saciar tu calor, dormir o lo que fuere, no vuelvas a trabajar hasta que termines tu periodo".

Eso pasaba a menudo, no era una sorpresa, el gerente los dejaba ir luego de unas horas, no exactamente porque quisiera dejarlos ir, sino porque el aroma a medida que se intensificaba comenzaba a ser molesto no sólo para los clientes sino para el mismo personal que debía estar en constante contacto.

Así, Doyoung recogió sus cosas y se fue antes de las doce, el aire fresco de la noche golpeó directamente a su cara y se preguntó si quizás encontraría una farmacia donde comprar un supresor, no podía pasar su calor en casa, desde que empezó a cuidar de Mark, su hermano menor, le daba vergüenza pasar los calores en su habitación.

Pero encontró más rápido un club que una farmacia, y también servía saciarse un poco, hace casi un año que no tenía sexo con nadie, todas las razones eran porque no salía mucho con lo cansado que estaba, no podía llevar a nadie a casa porque eso molestaría a Mark y por último, no era un gran coqueteador.

Cuando entro al sitio, la música inundó sus sentidos y el ambiente caliente lo mareó un poco, fue directo a la barra a por una bebida y el bartender de inmediato reconoció su calor—oye, parece que estas buscando algo de diversión—dijo con travesura.

Doyoung se lamió los labios y miro detenidamente al beta, podía funcionar, pensó—¿a que hora sales?

—me halaga pero no lo decía por mi, mi amigo—señaló a una esquina de la barra—acaba de ser botado, a puesto que contagiarse de tu calor le hará sentirse mejor, míralo bien, es guapo y es un buen chico, lo conozco, te doy mi palabra—el beta rió y le entregó un trago de menta—olvida la cuenta, invito yo.

El omega miro al trago y luego al chico bebiendo con sorbete una copa, acurrucado en la esquina totalmente deprimido, encogió los hombros y se acercó, sentándose a su lado y bebiendo su trago.

Era un alfa y lo ignoró por completo incluso si Doyoung lanzaba feromonas que gritaban "¡follame ahora!"

—¿cómo te llamas?—decidió preguntar, el alfa se giró a mirarlo y finalmente pareció notar su aroma.

—hueles a frutillas fundidas en azúcar.—simplemente contestó.

Doyoung rió de lado y le dio otro sorbo a su bebida—lo sé y tú hueles a perro mojado.

—eso no es cierto, huelo a brownie—se quejó de inmediato el alfa haciendo reír al omega—ah, lo dices porque estoy triste ¿cierto?

Asintió y se tomó el tiempo de apreciar la belleza del alfa ¿cómo era posible que lo hayan botado? Ah, era un desperdicio, Doyoung no tiraría algo así, a demás, sus ropas se veían costosas, probablemente tenía dinero, era un plus y había sido botado—oye, mira, estoy teniendo un momento difícil aquí con mi calor ¿serías un buen cachorro y me ayudarías un poco?—Doyoung le regaló su mejor mirada de súplica y el alfa sonrió.

Frutillita JohnDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora