Bang Chan -Pt1-

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Hanna me miraba, todavía con los ojos abiertos - muy abiertos - y sorprendida.

-Es un chiste, ¿Verdad? - negué, un poco avergonzada de haber confesado aquello, segundos atrás- es que no entiendo...

-es fácil, Hanna. Es una fantasía- me mordí el labio- muchas mujeres fantasean con tener sexo con otras mujeres y yo...

-tú quieres que te violen- me miro, seria.

-¡No! - me indigné- es una simple fantasía, Hanna. no me hagas caso.

Miré a mi alrededor. el bar no estaba muy lleno, pero por suerte, no teníamos a nadie cerca que pudiera estar escuchando nuestra conversación.

-bien, pero sigo sin entender...

-no le des vueltas, ¿Si? - ella asintió-

debo irme, todavia tengo que cerrar la agenda de Donghae para mañana.

-pero mañana es sábado- arqueó una ceja- ____, no permitas que ese idiota te siga explotando.

-ese idiota es mí tio- la miré divertida- chau Hanna.

-bye- dijo, seguido de beber mas de su trago.

Salí del bar, cerrando mi abrigo. La noche estaba más fresca de lo que pensaba. caminé las cuadras que me separaban de mi departamento y saqué la llave de mi cartera, una extraña sensación me invadió, como si alguien me estuviera mirando y me giré, pero allí no había nada.

-te has pasado con las copas- me dije a mí misma- y estas paranoica- entré a mi casa, dejé el bolso en el sofa individual y camine a la habitación mientras me sacaba los tacos. A pesar de salir con Hanna me había ayudado a despejarme, pero todavía necesitaba recuperarme del día agotador que había tenido. Donghae, mi tío, era mi jefe. Lo amba, en serio, pero como jefe era un dolor de utero intenso.

Me duché rapidamente y asi como salí, aun mojada y sin ropa, me metí en la cama. Eran las ventajas de vivir sola. Me había mudado ahí hacia unos tres meses, casi al mismo tiempo que había empezado a trabajar con mi tío.

Suspiré, me acosté y miré la luna por la ventana. Mañana me arrepentiría de no haber cerrado las cortinas, pero la imagen me transmitía tranquilidad y eso era justamente lo que necesitaba.

Me quedé dormida rápidamente y para cuando desperté, el sol estaba en lo alto. Debía ser cerca del mediodía. Lo confirme al agarrar mi celular. Si, 12:19.

Me puse una playera larga, casi por las rodillas y caminé bostezando a la cocina. Comí rápido, me peiné y luego me puse ropa comoda para salir a caminar. Tenía que despejarme la cabeza y estando encerrada en casa no lo lograría. Atrapé los audifonos, los conecte a mi celular y salí.

No me fijé un rumbo, simplemente necesitaba sentir tirantes mis músculos y despejarme. Caminé cerca de ocho cuadras, antes de chocarme con alguien que venía en la direccion opuesta. Yo estaba distraída y al parecer, él también.

-lo siento mucho- se adelantó. Me cogió del brazo y me estabilizó- ¿Estás bien? ¿Te he hecho daño?

-no- alejé mi mano, asustada. La corriente de nuestras pieles me habia dejado chocada- estoy bien, siento haberme puesto en tu camino- me excusé y lo pasé.

-no hay nada por lo que disculparte- su voz era profunda y te invitaba a cerrar los ojos y fantasear con ella. trate de no admirar su físico, los brazos tonificados y la piel blanca- nos vemos- él fue el primero en irse.

-yo... adiós- todavía sentía ardor en donde me había tocado. Un simple roce y una promesa- murmuré, fantaseando con que realmente fuera a verlo de nuevo.

Traté de no darle muchas vueltas y pronto emprendí el regreso a casa. Cuando llegué, frente a la puerta había una rosa. Fruncí el ceño, dado que no había plantas cerca como para que se hubiera caído. La tomé y me percaté de un papel abrochado al tallo.

Pronto

one shots +18  (Stray kids)Where stories live. Discover now