Seis pasos hasta ti.

Prólogo.

A veces, el monstruo no está debajo de la cama.
Si no que compartes la cama con él.

A veces, es demasiado tarde para destaparte y salir corriendo.

A veces las sábanas se te enredan entre las piernas y el monstruo acaba devorándote.

A veces, te echas la culpa de que el monstruo te atormente.

Y a veces, tienes suerte, llega un ángel y se convierte en tu salvación.

Quizá, y solo quizá, eso sea lo que me pase a mí.

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¡Hola, hola! Aquí les dejo este pequeño prólogo.

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Si estás leyendo esto, gracias por darme una oportunidad.
¡Nos vemos más pronto que tarde!

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