Cadaveria

72 4 0
                                    

Cuando empezó a escuchar esas voces y susurros creyó que se estaba volviendo loca e intentó ignorarlas pero cuando ya no pudo soportarlo decidió contarlo a su familia. Sus padres la llevaron con un psiquiatra que después de realizarle algunas preguntas le recetó unas pastillas que debía tomar a diario para controlar lo que él llamó, alucinaciones auditivas.

Fue diagnosticada con esquizofrenia.

La esquizofrenia está catalogada como un trastorno de la personalidad de índole psicótico, por lo que sus pensamientos de "volverse loca" no estaban tan alejados de la realidad, el psiquiatra dijo que con el medicamento se controlaría un poco y podría llevar una vida un poco más "regular"

Todo iba bien con los medicamentos hasta que una noche cambió.

Era la primera vez que lo veía y no sabía que a partir de ese momento no dejaría de estar con él.

Era de su estatura, cabello color negro, de piel blanca incluso más blanca que la suya, tenía un rostro bastante estetico y sus mejillas le recordaban a un dulce pan. Estaba frente a él y la oscuridad les rodeaba, neblina ocultaba las piernas de ambos. Tenía tanta curiosidad por saber quién era...

—¿Quién eres?

—Soy todo...—le dijo sonriendo.

Soy la voz, del miedo y del adiós. Yo soy principio y fin, soy frío y calor. Yo soy el príncipe de toda soledad.

Después de haber escuchado su voz, la neblina se apoderó de todo el lugar y la oscuridad cubrió todos sus sentidos, excepto el oído, pues de forma lejana alcanzaba a escuchar una voz femenina. Su madre.

La voz de su madre sonaba alterada, incluso podía escuchar que lloraba pero ¿por qué?

Cuando abre los ojos, se encuentra en una habitación que no es la suya, es toda blanca y siente un dolor punzante en el brazo derecho. Cuando sus ojos se fijan en la zona donde duele, se da cuenta que tiene un moretón bastante grande y de un color extraño pero también tiene la intravenosa.

Su cabeza da varias vueltas cuando se sienta en la cama para mirar mejor a su alrededor.

—Ya era hora de que despertaras—La voz de un chico se escucha desde el rincón, hace un momento no estaba ahí pero ahora sí, y reconoce la voz. Es él.

—¿Qué me pasó?—siente que su cabeza va a estallar del dolor, como si tuviera una gran migraña.

—Tu familia te lo explicará más tarde—se pone de pie y camina hasta la ventana y se da cuenta que lleva la misma ropa que en su sueño, totalmente vestido de negro—Es una lástima que no lo lograste, ahora vuelve a cerrar los ojos.

No sabe por qué pero termina haciéndole caso al extraño chico. Después escucha personas entrar y al abrir sus ojos de nuevo ve a su madre que rompe en llanto sin decir palabra alguna.

—No llores, ¿qué ocurrió? —Te inyectaste demasiada droga, fue una sobredosis que casi te mata... —No lo recuerdo. —El médico dice que fue durante un brote psicótico, por eso no lo recuerdas. Te trajimos a tiempo.

Después de hablar con su madre un momento ella la vuelve a dejar sola en la habitación. Los murmullos de voces regresan y son tan insistentes que cubre sus oídos con ambas manos, como si eso pudiera evitar que los escuchara pero no funciona. Ya no los aguanta, ya no quiere escuchar esas voces.

—Lo harás de nuevo y espero que ahora lo consigas...—es él, apenas es un susurro pero apenas lo escucha deja de poner atención al resto de las voces.

CadaveriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora