Kimetsu no Yaiba (One-shots Y Escenarios)

Escenario: primer encuentro(varios)

Tanjiro Kamado:

Salvo mí vida

<¡Corre! ¡Más rápido! ¡¡Vamos, corre!!>

La respiración agitada y las piernas adoloridas, un dolor insoportable y punzante, pero no podías simplemente rendirte

<¡Quiero vivir!>

Corrias y corrias aún más, un demonio te perseguía y temias por tu vida. Rogabas porque alguien te ayudara, la presión en tu pecho por falta de aire estaba presente

<Por favor . . . ¡Por favor! ¡Quiero vivir!>

Sin mirar atrás seguías corriendo, sentías el aire frío colarse y congelar tus pulmones, haciendote más difícil correr, justo delante tuyo, a lo lejos, pudiste divisar a una persona.

Querías ayuda, pero no creías que una sola persona pudiese contra ese monstruo, querías salvarte pero no que alguien más muriera por eso

—¡Corre!— al gritar con tanta fuerza perdiste algo de el aire y te costó aún más correr. Pero el chico solo te miró y se acercó, primero lentamente, y luego un poco más rápido —¿¡Que diablos haces!? ¡Corre! ¡Es un monstruo!.
El extraño traía una espada, tal vez creía que podría con él

<Él no sabe lo fuerte que es, ¡Lo matará! ¡Por mí culpa!>

Tropesaste y un pequeño lloriqueo y lamento se escapó de tus labios. Tus rodillas ardían y tú lengua también, pues te la habías mordido

<¡Ahora no solo yo moriré! ¡Él también lo hará! Debí haber dejado que me matará, y así al menos él se habría salvado . . .>

El chico paso corriendo por tu lado dirigiéndose hacia el demonio.

Y tú

Solo pudiste lamentarte mientras sentías el sabor metálico de tu sangre y el salado de tus lágrimas, una mezcla que te hacía saber que tu final estaba cerca. Cerraste los ojos con fuerza y te tapaste los oídos para no escuchar como sufría quien intentó salvarte

Un triste final

. . .

Nada pasó

Abriste los ojos apresuradamente y viste al chico extendiendote una mano, con una mirada de preocupación.

Quedaste atónita

—Como . . . ¿Ya estoy muerta?
El chico negó y sonrió.
Te destapaste las orejas

—No lo estás
Él te ayudo a levantarte, tus rodillas ardían y te costaba mantenerte en pie

—¿Como lo venciste? Era un monstruo, ¡UN DEMONIO!.

—Dejeme presentarme señorita, soy Tanjiro Kamado, un cazademonios

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Zenitsu Agatsuma:

Yo era un monstruo

La noche había llegado y llenado todo con su oscuridad, Zenitsu se había separado de sus amigos y escuchaba los ruidos aterradores de el bosque

—¡Sé que estás ahí, puedo escucharte! ¡Por favor no salgas!
El chico lloraba y temblaba mientras sostenía su espada. Tú lo observabas desde los árboles

Te lanzaste ensima suyo, haciendolo caer al piso, y empezó a llorar aún más, mientras cerraba los ojos intentando no verte

—¡No me mates! ¡Lo siento! ¡No me mates!
Estaba aterrado