Fue feo y me partió el alma ver llorar a mi sobrino de 7 años, pero estábamos jugando hoyito patá y las reglas se respetan.
Debí pegarle más despacio sí, mala mía.
Respeto por el juego.
Fue feo y me partió el alma ver llorar a mi sobrino de 7 años, pero estábamos jugando hoyito patá y las reglas se respetan.
Debí pegarle más despacio sí, mala mía.