Vivimos en un pueblo chico, donde al que piensa distinto se le apedrea en la plaza.
Pobre del que abra la boca si no es para cantar el himno o gritar un gol de la selección de fútbol.
Pueblo chico.
Vivimos en un pueblo chico, donde al que piensa distinto se le apedrea en la plaza.
Pobre del que abra la boca si no es para cantar el himno o gritar un gol de la selección de fútbol.