I.
“Hola querida, seguramente ya estas levantada (suponiendo nuevamente que eres tú) bien prosigo, Paul y yo hemos ido a el pueblo por Madison aprovechando el hecho de salir en la camioneta de Paul (ya debes imaginar la riña que ha formado ese gruñón) en fin, haremos las compras tanto para la casa como para los animales de la granja, llegaremos en la tarde, espero y no haiga inconvenientes (ya sabes con quien) siento dejar todo sucio pero anoche dijiste que te harías cargo y pues no dude en negarme, mis rodillas solo dan para los bailes privados hacía Bob (no hagas muecas queridas, te saldrán arrugas) nos vemos cariño.
Te aman
Betty & Paul
PD: amaríamos que nos recibieras con ese exquisito pollo orneado con chile picante que tan bien concinas, te deje los ingredientes necesarios (cabe destacar que son los únicos que hay”
Sonreí mientras quitaba el lindo imán en forma de cereza de la hoja para arrugarla como una pelota y tirarla con una efectiva canasta en el tinaco de aluminio de la cocina, me había levantado hace dos horas y mi rutina ya había comenzado, vestía unos shorts deportivos y una blusa realmente ancha pero que dejaba parte de mi estómago expuesto, podía ver la tira de mi sostén en uno de mis hombros al descubierto, bueno no era sorpresa, cuando Paul y Betty salían la casa era para absolutamente para mí. Tomo la liga que cubría mi pequeña muñeca e hice una cola alta con mi rojizo cabello, era extraño que hoy no hiciera tanto calor como los días anteriores pero debía agradecerlo ya que saldría afuera a ornear el pollo que Paul rogó. Suspire y busque con la vista mi teléfono celular ¿Dónde demonios estaba?
Bufe y mis sentidos se agudizaron al escuchar mi particular tono de llamada, Hollaback girl sonaba opacada en algún lugar de la grande sala de estar, corrí hacía donde pensé que provenía el sonido y levante los cojines del gran sillón café de la sala y no encontré nada, el tono ceso pero volvió a sonar segundos después, me giré con frustración mirando una pila de sabanas y cojines que no había arreglado la noche anterior. Curiosamente había tenido una pesadilla demasiado extraña o un sueño despierta, en fin, salte al lugar y quite con rapidez las sabanas y una pequeña bola de algodón salto hacía mí, llevándome un gran susto, grite y localice mi teléfono arriba de uno de los cojines.
– ¡Maldición, Cocó! –chillé colocando una mano en mi pecho para sentir los fuertes latidos de mi ahora asustado corazón. –Más oportuno no puedes ser–murmuré molesta, Cocó me gruñó y corrió al patio junto a Vodka, si eran Cocó y Vodka los inseparables. Vodka era un lindo labrador de pelaje dorado, en cambio Cocó era un molesto caniche totalmente blanco, era un bebé todavía pero luego crecería no tanto como Vodka, pero algo, y no olvidemos al dormilón de Baloo un Mastín inglés que derrochaba tanto amor como baba. Era divertido tener mascotas, pero ese trío era un total desastre y pensar que Paul quiere más perros aun, era desesperante.
Me sobresalte al escuchar nuevamente el tono de mi móvil, decidida y sin rodeos descolgué la llamada y coloco el artilugio en mi oído derecho.
– ¿Sí? –pregunte, el número era desconocido no lo tenía en mi agenda y nunca había visto ese número en mi vida.
–Oh, ¿Hazzy? Soy Mikey, he cambiado de teléfono y pues no respondiste mis mensajes– para que mentir, supe enseguida quien era, esa voz era melodiosa y solo él me decía así, lo odiaba pero era adorable.
– ¿Michael? ¿Dañaste nuevamente un teléfono? Hombre que no tienes arreglo ¿Qué quieres? – trate de sonar lo más desinteresada posible, no podía dejar que los latidos de mi corazón interrumpieran nuestra llamada. Sí, me gustaba Michael desde la secundaria su sedoso cabello castaño y su sonrisa de comercial, era simplemente perfecto. Había perdido mi virginidad con él, exactamente la noche que cumplí mis quince primaveras, él sigue diciendo que fue su regalo hacía mí.
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Fireproof ||propuesta||♪h.s♪
Romantik«Porque nadie te conoce de la manera que lo hago yo y bebé, nadie te ama como lo hago yo»