Lo he perdido todo ...

Juana era una muchacha de 16 años que estaba a punto de entrar a la universidad. Era muy introvertida, poco sociable, su única preocupación era ser buena estudiante, salir de once con buenas calificaciones para entrar a una universidad pública, quería estudiar medicina en "La Nacional" de Bogotá, la mejor universidad pública del país, pero sus padres, una ama de casa, campesina que simplemente sabía ordeñar vacas y matar gallinas y su padre un alcohólico, limpiador de caballos no tenían para pagar sus gastos en Bogotá.

Juana y sus padres vivían en una pequeña finca a las afueras del Valle del Cauca, Juana todos los días se levantaba a las 3:00 a.m para coger un bus que la acercara a su colegio, desde muy pequeña le había tocado así, ya que la frase que siempre le decía su padre era "Si quiere estudiar tiene que aprender a defenderse sola".

Don Fabio Velasquez, el papá de Juana era un hombre impulsivo, alcohólico, un maltratador, golpeaba a Doña María, mamá de Juana, una mujer con un corazón noble, lo único que le habían dejado sus padres era la finca "Los cerezos" donde vivían actualmente.

Ella se había enamorado de Don Fabio cuando tenía 19 años, el estaba sentado al otro lado de la capilla "San Agustín", porque en esos tiempos Don Fabio era un hombre muy creyente, a los dos meses de noviazgo con el, Doña María quedo embarazada de Juana, para Fabio fue el peor error de su vida, intento dejar a Doña María, pero fue imposible porque sus padres lo obligaron a casarse con ella.

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Juana empezó a vender empanadas a la salida del colegio con su madre, para ir ahorrando para su carrera de medicina, pero era casi imposible ya que con la mitad de ese dinero pagaban todas las deudas que su padre dejaba cantina tras cantina.

Juana había terminado once pero todavía no tenía el dinero suficiente, pasaron dos años, dos años en los que siguió vendiendo empanadas con su madre y logro tener el dinero necesario. Le dijo a su madre que se fueran, que dejaran todo atrás y empezaran desde cero, pero Doña María se opuso, ella no quería dejar su finca.

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El 21 de Agosto del 2001, era un sábado por la tarde, una semana antes de que Juana se fuera para Bogotá. Juana se encontraba contemplando como el sol se escondía en el horizonte, era una esfera de fuego ardiente, hipnotizada por la gama de colores que bañaban el cielo, rojo, amarillo y naranja, se paro de su mecedora y camino hacía su cuarto, vio por la ventana y por lo visto todo estaba calmado en la carretera, de repente vio pasar unos camiones verdes, y no eran del ejército. Era la guerrilla, venían a quitar tierras, tocaron a la puerta, Juana insistió en que no abrieran, pero su padre se negó, abrió, y era el comandante del frente 16 de la guerrilla y dijo: 

-¡Se me largan rápido o les vamos dando plomo!

Juana viendo el estado de la situación, corrió a su cuarto y cogió lo más importante que tenía, un cofre donde tenía guardado todo el dinero ahorrado para su universidad. Salieron de la finca, Doña María con lágrimas en los ojos y Juana esperanzada con el dinero de la universidad. Lo peor que pudieron hacer fue irse a quejar con la policía, ya que esta no los quiso atender, los detallo de arriba hasta abajoy dijeron que eran unos mendigantes que solo querían limosna.

Juana quejándose dijo:

-¡Maldita sea, la discriminación tiene "jodido" este país!

A lo que Doña María respondío:

-Lo hemos perdido todo...