CAYENDO

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Acá nadie quiere oír la palabra : "Levántate", porque cuando estás cayendo no te puedes detener.

Existen caídas tan altas e impactos tan dolorosos que los llevas contigo para siempre.

Aquí no hablamos de caídas superficiales, hablamos de suicidos o muerte al corazón.

El descenso por otra parte, es una forma un tanto extraña y sin avisos de quebrantarse.

De mi parte escucho mucho:
"Tú puedes volver a estar de pie"
¿Cómo saberlo?

Aquí nadie quiere escuchar o leer :
" Esto pasará"

Aquí nadie quiere escuchar o leer :
" Todo saldrá bien"

Aquí nadie quiere escuchar o leer :
"Tú eres fuerte"

¿Soy fuerte?

¿Es fuerte una persona que lleva abusos desde que es un niño?

¿Soy fuerte porque aguante que me golpearan y humillaran?

¿Soy fuerte porque me quedé callada cuando me moría, al verlo marchar de mi vida, solo con una sonrisa?

¿Fui fuerte porque en su funeral no lloré?

Esto no se trata de fuerza, sino de aceptar nuestras debilidades, somos débiles, solo que nuestro ego es tan alto para aceptarlo.
Los que lloramos y nos sentimos mal llevando fantasmas que aparecen, cada que se les antoje y nos tumban desde el precipicio más alto, no necesitamos que nos digan eso.

Queremos escuchar o leer :
"Aquí estoy"

Queremos escuchar o leer :
"Estaré para cuándo necesites hablar"

Queremos ha esa persona que nos ayude a levantar sin ser cuestionados, que nos abracen, que se quede en silencio mientras lloramos, sin hacer preguntas, ni críticas, sin darnos órdenes motivacionales, porque suficiente libros, poemas y tanta tonterías de "autoayuda" hay para leer.

Las caídas son duras, trágicas y oscuras. Sólo necesitamos una luz, que muchas veces encontramos en personas, arte, música o cualquier otra cosa.

Los rotos solo necesitamos que nos ayuden ha juntar nuestras piezas.

Andrea Cumarín

Pétalos cayendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora