LA CARTA DE UN SENTENCIADO

Primer día

Me han botado aquí en una celda, detrás de unos barrotes congelados, los cuales ni esperanza dan de ver a mi preciosa hija, me han botado aquí con una sentencia de muerte por haber matado al hijo del violador que ha dañado a mi hija, pero que, ante el supuesto juez aquel maldito es declarado NO CULPABLE y yo como un perro encerrado sin poder hacer nada, el niño no tenía culpa de nada pero mi venganza no se hubiera hecho de cualquier otra forma, aparte de que estaba drogado, heroína recorrían mis venas aquel día cuando el niño salía de su dichosa escuela privada, mis nervios, mi ira no tomaban el control que yo les ofrecía, vago, en la calle sucio, tomé un cuchillo, lo apuñalé y a partir de ese momento no supe que pasó, sin consentimiento llegué al tribunal, mi venganza no cubría lo que le había hecho al niño, antes prefería ver muerto al violador de mi hija que verla muerta a ella pero una vez mas, la ira atacó mis ganas de vengarme. Lo que no sabía aquellos desgraciados sobre las noches o violaciones que sufrió mi hija, ellos no vieron cómo mi hija era intimidada, su carita lo miraba temerosa mientras aquel idiota la tocaba y yo miraba desde aquella ventana, sin poder acercarme si quiera a cincuenta metros de ella ¿Por qué? Tenía una orden de alejamiento por fumar, inyectarme, inhalarme de todo, y por trato de secuestro a mi pequeña el día que me tocaba visita, según mi ex esposa.

 Dicen, que cualquier valiente pudo haberse acercado y golpearlo pero yo, no tenía los huevos suficientes para hacerlo, aquel hombre es el actual esposo de mi ex esposa lo cual no me hacía con esperanzas de que me creyeran, sin un abogado, sin pruebas, sin apoyo, no podría hacerlo. Necesito salir de aquí, proteger a mi hija, lo arruiné todo y ahora no sé cómo repararlo.