Reencuentro

86 3 0
                                    


¿De qué estaba nerviosa?

¿Por qué un nudo estaba instalado en mi estómago?

¿Qué me impedía dar el paso final para entrar a Snake Room?

Música fuerte, gente hablando entre ellos felices, Rosa mirándome suspicazmente era todo lo que pasa mientras el corazón me late a martillazos

¿Nerviosa por ver a Castiel nuevamente? Imposible, lo había superado y era un grato recuerdo todo menos nuestra separación debido a la distancia que se había impuesto entre nosotros.

Cuatro años de otras relaciones esporádicas habían dejado atrás ese sentimiento del primer amor y sólo quedaban recuerdos que contenían cariño y nostalgia.

Seguramente el estrés de la Universidad junto a la prueba que rendí los días anteriores era lo que me tenía tan nerviosa y alterada, en una especie de balsa que se mece en un mar intranquilo, lejos ya de la tierra firme.

Las luces se apagaron, una guitarra solitaria comenzó a sonar y perdura en el tiempo, gritos de asombro y un ambiente caldeado comenzaba a asfixiarme ¿Cuánto iba a durar esa introducción?

Ah, ahí está él de espaldas ¿Él? ¿Tan alto, anchos hombros, tatuajes en los brazos? Si, era él, imposible confundirlo con ese color tan particular pero más largo. Recordé el concierto que hicieron con Lys y Nath en el instituto, tenía el mismo peinado: media coleta.

Gritos ensordecedores estallaron cuando se giró y comenzó a cantar. Rosa ya me había llevado demasiado adelante como para no intentar disimular la boca abierta por la sorpresa y mi alma tirada a mis pies.

Es imposible, no puedo sentirme como una tonta adolescente. Las piernas me tiemblan, el cuerpo vibra con la melodía y mis ojos estaban fijos en él.

No siento nada por él, estoy segura.

Sus ojos grises, esos que adoraba contemplar durante horas y ver cómo se volvían brillosos al verme, se posaron en mí ¿O lo estaba imaginando? Seguramente sí, imposible que me reconozca entre tantas chicas.

¿Imposible? ¿Tan imposible como sentir que mi corazón palpita fuerte, al punto de salirse de mi pecho?

No, sigo sintiendo algo por él, aunque sea ínfimo y chiquitito, ahí está instalado en el centro de mi pecho. Las manos sudorosas, el estado de aturdimiento y la garganta seca como un desierto no era imaginación mía.

Rosa me obligó a bailar, lo hice con poca gana y con más intensión de despejarme y que nadie notara cómo volvía a caer a sus pies como cuando tenía 16 años.

El concierto terminó y con el mi sentimiento de aturdimiento, sólo quedaba un sentimiento de angustia y melancolía. Sabía que si seguía ahí Rosa iba a saber lo que me pasaba, realmente no tenía ganas de escuchar su charla interminable y su cuestionario con miradas de doble intención y así fue que me dirigí al baño.

El bar era la mismísima reencarnación del infierno de Castiel, las chicas con la remera "Castielove" me hicieron reír cual desequilibrada, el precio de la fama era muy caro y Castiel sufría al pagar su precio, lo conocía lo suficiente como para saber la vergüenza que le daría ver a alguien con esa remera.

Ideando cuál era la excusa perfecta para irme de ahí en el camino del baño a donde estaba Rosa, una mano me agarró de la muñeca y me hizo girar.

-Hola - Su voz ronca, su piel tibia, sus ojos fijos en mí hicieron que el corazón estallara en palpitaciones. No tenía voz, me había olvidado cómo hablar y hasta respirar al tenerlo de nuevo frente a mí, tan cerca . Sólo me salió quedarme en silencio observando, como quien ve un fantasma.- No sabía que habías vuelto a la ciudad, no me habías dicho nada- Su tono acusatorio no me sorprendió pero si lastimó y hasta me dio un dejo de esperanza de que no me odiaba con todo su ser.

Reencuentro - CrowstormDonde viven las historias. Descúbrelo ahora