Capítulo 08

5.7K 503 287
                                    

Eunbyeol: —No necesito que me lleve a casa, puedo irme sola. —Se soltó del agarre. 

Heeseung: —Entienda, es de noche algo le puede suceder. 

Eunbyeol: —¿Acaso está preocupado?

Heeseung: Yo... no. —Claro que no lo estaba... ¿O sí?

Eunbyeol: —Entonces déjeme ir.

Heeseung: —Eso no, la llevaré. —Se decidió por alzarla como si fuese una de esas ridículas princesas que a Sunoo y Heejin les encanta ver en la televisión.

Eunbyeol: —¡¡¡Suélteme Lee Heeseung!!!

Heeseung: —Lo haré, cuando estemos en el auto. —Sonrió y su maldita y perfecta sonrisa fueron lo hipnotizante para que la fémina dejase de ejercer fuerza. 

Y tal como dijo, al llegar al auto la hizo tomar asiento, el viaje fue bastante tenso, entre el odio que aún conservan, pero junto a ello su deseo ahora. 

Heeseung: —Listo, hemos llegado, así que quita la mala cara por favor. 

Eunbyeol: —¿Por qué hace esto? Se supone que no me soporta, entonces... ¿Por qué actúa tan atento ahora? 

Heeseung: —Yo solo estoy siendo alguien responsable. 

Eunbyeol: —¿De quién? ¿De mí? Por favor, no se excuse con tonterías, soy una mujer adulta. 

Heeseung: —¡Es tarde y no quiero que te suceda nada! —Estar bajo la presión de dicha discusión lo llevó a hablar por impulso e informal, expresando lo que ni él sabía que sentía realmente. 

Eunbyeol: —¿Qué? 

Heeseung: —Yo... solo... hablé por impulso, no fue lo que quise insinuar. 

Eunbyeol: —Bien, solo váyase entonces... Ha sido mucha humillación para mí hoy, olvide todo lo que sucedió, por favor. —Bajó la mirada y salió del auto. 

Caminó sin mirar atrás, ese hombre la estaba enloqueciendo de distintas formas, y cuando estuvo cerca de la puerta sintió el agarre de una mano sobre la suya, con impulso quien mantenía el agarre la hizo voltear. Era él, había salido de su auto para seguirla una vez más. ¿Qué deseaba ahora?

Heeseung: —Quiero, pero no puedo. —A juzgar por el tono de su voz entrecortada al correr tras ella antes de que ingresara a su hogar, el temblor de sus manos, y la forma en que sus ojos trataban de mirarla fijamente fallando en varias ocasiones, se podía decir que estaba nervioso.

Eunbyeol: —¿Qué cosa? —Ahora estaba bastante confundida, Heeseung hablaba más incoherencias cada segundo.

Heeseung: —Olvidar. 

Seguido de sus palabras reinaron sus acciones, y llevó sus manos para acurrucar el precioso rostro de la mocosa insoportable, un leve suspiró fue lo último que dio para finalmente juntar sus labios con los de ella, iniciando un baile a ritmo demoniaco, tan profundo y con deseo, con una una pizca de ternura. 

Enloqueció aún más cuando el labial de la castaña le hizo sentir levemente un sabor a cereza, tal como el color que los mismos revelaban cada día.

Ella se dejó llevar por ese impulso deseoso, que en ese momento celebró al cumplir su cometido. Posicionó sus brazos alrededor de los hombros masculinos y correspondió haciendo del contacto de labios algo más profundo y perfecto.

Quizá se arrepentirían mañana, o quizá no, pero ese momento sería suyo, ese beso no podría borrarse fácilmente de sus memorias.

Al sentir la desesperación por respirar decidieron cortar el beso, pero no fue mucho para que volviesen a juntar sus bocas para besarse con locura y el deseo interminable.

Al sentir la desesperación por respirar decidieron cortar el beso, pero no fue mucho para que volviesen a juntar sus bocas para besarse con locura y el deseo interminable

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Heeseung: —Buenas noches. —Sonrió y comenzó dando pasos en reversa hasta llegar a su vehículo.  

Eunbyeol: —Ve con cuidado a casa. 
—Sonrió y esperó a que su profesor finalmente desapareciera de su vista, entró a casa y se sintió como si hubiese sido la primera vez que besaba, aunque no era así, esta vez había sido algo distinto.

Sonrió sin pausa y aseguró que no podría dormir. 

Por parte de Heeseung, este sonreía como idiota mientras manejaba camino a casa, no supo de dónde vino su valentía, pero en ese justo momento no tenía ningún arrepentimiento, se sentía extrañamente completo, sentía una felicidad que desde hace muchos años no sentía, tenía aún la sensación en sus labios al ser besados por los contrarios, los cuales confirmó como preciosos, y como deliciosos también, quizá serían una droga, pero le encantaron, quería más de ellos. 

Llegó finalmente, y Heejin lo esperaba impaciente en una silla en el corredor de su casa. 

Heejin: —Heeseung por Dios, son la una de la mañana. ¿Dónde estabas? —Musitó mientras lo inspeccionaba para asegurarse de que no esté lastimado. 

Heeseung: —Estaba por ahí pensando. —Vaya, nuestro perfecto señor estaba mintiendo. 

Heejin: —Tu trabajo terminó a las once. ¿Cuánto necesitas para pensar?

Heeseung: —Te lo dije, mis alumnos están presentando sus proyectos, debo analizar bien cada uno y así poder darles una calificación justa. 

Eso era verdad, pero por el día de hoy no había sido esa la razón de su tardía llegada a casa. 

Heejin: —Puedes hacerlo durante el día, no entiendo por qué eliges la noche, debes descansar. 

Heeseung: —Está bien, trataré de descansar más. —Sonrió y acarició el cabello de su hermana, seguido eso, entró a su casa y fue directo a su habitación. 

Heejin quedó estupefacta allí, él no suele ser así, realmente a Heeseung le sucede algo, pero esperaría a que él mismo decida comentarle qué es lo que sucede. 

Finalmente solo dos de tres en la casa de los Lee cayeron en un sueño profundo, mientras tanto el mayor de estos sonreía sin pausa mientras susurraba el nombre de la chiquilla preciosa a la que por fin logró besar, sentía cosas extrañas en su estómago, en este momento de su mente se mantiene borrada su lista de cosas que nunca haría, no sabía si mandaría todo a la mierda, o si en algún momento reaccionará, pero lo que sabe ahora, es que ha entrado a lo más profundo del abismo, y se ha incendiado desde la cabeza hasta los pies. 

Lee Heeseung el hombre de hielo fue tentado, y el fuego lo consumió. ¿Qué será de él ahora? ¿Qué rumbo decidirá llevar al final? La lucha entre lo que juro no hacer y su caída tan baja por ello no será fácil, pero él es el conductor de sus destinos, él es el responsable de elegir su felicidad o lo que la pasajera vida y sus leyes dramáticas le ofrece sin obtener realmente algo que lo haga sentir completo.

Sus veintiséis años los ha vivido siendo un dominó estable, hasta que llegó ella, la pieza restante para un descenso perfecto. ¿Sería lo correcto seguir cayendo? 

 ¿Sería lo correcto seguir cayendo? 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Classes To Love › Lee Heeseung ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora