La hojilla recorría cada rincón de su brazo, trazando marcas sobre su piel, éstas derramaban gotas apenas visibles de sangre. Frustrado, buscó algo más filoso, fracasando en el intento. Maldijo alto, sentandose sobre el frío suelo, divisando su reflejo en el espejo horizontal frente él.
Cuánto se odia.
Sus ojos, con bolsas negras bajo ellos. Los labios rotos debido a estar deshidratado. Su piel amarillenta, carente de cualquier nutriente. Se instaló sobre sus pies, entonces alzó solo un poco la frenela sobre su cuerpo. Ahí estaban, seguían invadiendo los costados de su cintura, frotó la zona, arrugando el puente de su nariz.
Aunque ahí, no había nada más que unas costillas notorias junto la cintura fina y delgada.
ㅡMaldito gordo...
El hambre atacaba su sistema, entonces se dirigió con los pies descalzos hacía la cocina. Abrió la nevera, fijandose en que había unas sobras del "almuerzo".
Las tomó, dejando que se calentaran dentro del microondas. Luego, apuró a comerlas, lentamente, sintiendo arcadas con cada bocado, asco de sí mismo. ¿Qué hacía?, ¿Por qué comía sobras de pollo frito con salsa?.
Cerdo, gordo, nadie te quiere, mirate, ¿quién se fijaría en ti?.
Al terminar, caminó hasta el baño. Cerró la puerta con seguro, avanzando, cayendo de rodillas frente el retrete. Alzó la tapa, entonces empujó dos dedos dentro de su boca, hasta tocar su garganta, tardó unos minutos, pero logró hacerlo. La comida anteriormente ingerida evacuó, no se detuvo hasta encontrarse llorando. Atormentaba como el mismo infierno.
Aseó su rostro, bajando la llave, sintiendose más miserable, más idiota, y más derrotado.
No se molestó en secarse, simplemente fue hasta el ventanal ubicado en la sala, corriendo un poco los vidrios panorámicos. Ocupó asiento, aferrando sus dedos y manos enrroscados en las barras de hierro, deseoso, distinguiendo algo más que solo una circunferencia deslumbrante adornando su cielo.
TaeHyung tenía cierto interés en estudiar las estrellas, constelaciones, descubrir nuevas cosas, qué hay más allá de una noche estrellada, ¿habrá vida, otras galaxias, seremos una simple gota de agua cayendo por finas hojas?. Esas cuestiones invadían su vacía mente, ahora en exceso, teniendo esa increíble luz brillando solo para él.
O eso creía.
Unos brazos fuertes rodearon su helada cintura, haciendolo sentir tan cálido. Sabía quién era. Se dejó abrazar, girandose para ver los hermosos ojos pertenecientes a su pareja.
ㅡBonito... ¿qué haces aquí?, pescaras un resfríado.
TaeHyung pudo callarlo, uniendo sus belfos, y aunque en un principio NamJoon protestó, terminó cediendo ante lo jodidamente perfecto de su novio.
Cada caricia, cada jalón de cabello, cada que el más bajo remarcaba sus claviculas, mandandole un escalofrío haciendo a sus piernas flaquear, sabe cuánto le hace bien.
Ama la manera en que TaeHyung lo hace volver a vivir.
ㅡNammie.ㅡ Llama, removiendo los mechones pintorescos entre sus dedos, riendo al verlo despeinado, con cachitos en su cabello revuelto.
ㅡ¿Si, mi amor?.
ㅡTe amo, gracias por mantenerme aquí.ㅡ Entonces NamJoon puede terminar de rodearlo, acunandolo, pegandolo a su cuerpo sin dejar escapatoría. ㅡMe asfixias, bobo.ㅡ Comenta tosiendo. El moreno lo suelta, solo para sentir unos cálidos labios sobre su frente, regalandole besos.
ㅡ¿Sabes algo, TaeHyunnie?.ㅡ El aludido niega. ㅡTú, escuchalo bien. Solo tú lograste ésto, tenerme a pies de alguien, rogando por su compañía, añorando sus caricias.ㅡ Tae rueda sus ojos, acaricando la suave mejilla morena, admirando sus iris brillar, tal vez es la luz de la luna en ellos, o tal vez siempre tuvo ese destello en el momento que contemplaba con adoración a su novio.
ㅡ¿Qué haces siendo tan cursi a las cinco de la madrugada?.
ㅡShhhh, disfruta el momento, no lo arruines.
Se quedaron ahí abrazados. Cuando la iluminación solar se marcó, dando calor a sus pieles, supieron que era hora de descansar.
Como cada vez que TaeHyung se despertaba para presenciar la luna.
Como cada vez que NamJoon acompañaba a su novio, amandolo en silencio.
