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Él

Salió corriendo. Apartando al que se cruzaba.

Salió del aeropuerto, con el corazón en un puño y la rabia desbordandose.

Le dolía y lo que le dolía le daba rabia, y la rabia le ponía nervioso. Y la palabra nervioso le recordaba a ella.

Y así volvía al círculo vicioso de un enamorado cabreado.

Y volvió dentro, con las manos presionadas en puños, a buscar una explicación que no le hiciera dejarla. Que le demostrara que había merecido la pena, que estaba enamorado de la correcta.

Que por una vez no hiciera que su cuerpo huyera de los sentimientos.

Fotografías #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora