Lago de Sirenas. ©

One-Shot

En el lago Ydatá Nerá, de extenso tamaño y aguas claras al igual que profundas, rodeado de árboles frondosos que impiden la vista del lago desde la entrada del bosque, un grupo de sirenas esconde un gran tesoro lleno de riquezas inigualables, digno de grandes como valientes viajeros.

Por años, arriesgadas personas se atrevieron a transitar hasta el magnífico lago para lograr obtener el extraño tesoro pero, nunca se volvió a hablar de esos individuos, ya sea porque murieron o desaparecieron a manos de las míticas sirenas por intentar conseguir su tesoro, o de algún animal salvaje que tan solo buscaba que comer.

Debido a las desapariciones de cada una de las personas que se atrevían a adentrarse al bosque, durante años el lago y el tesoro se mantuvieron como un mito, nadie se atrevía a ir por la vía para llegar a Mikrí, el pequeño pueblo que con los años se había vuelto fantasma gracias al mito de que todo aquel que vivía en ese lugar estaba condenado a ir al bosque que rodeaba el lago y morir. Aquella gente de los pueblos vecinos ni siquiera se atrevía a pasearse por ese lugar buscando una aventura para sus aburridas vidas, hasta los extraños eran advertidos, nadie osaba poner un pie en ese territorio, hasta que un grupo de cuatro amigos motivados por la curiosidad se atrevieron a ello.

Brigitte, una chica de 17 años aún en la flor de la vida, de hermosa apariencia que le daba su cabello castaño, ojos marrones, piel morena y su cuerpo esbelto, fue la que planteó emprender el viaje, motivando a sus amigos Jaxon, Agnes y Evan a emprender la búsqueda del gran tesoro que les traería una vida tranquila sin tener que trabajar.

Jaxon, aquel atrevido chico de 18 años que era tan arriesgado y que no le temía a nada fue el primero en aceptar ir en la búsqueda, apenas vio la oportunidad la tomó, no solo era listo si no también muy guapo con sus ojos marrones, piel trigueña, cabello rubio y cuerpo atlético, era el primero siempre en arriesgarse y de arrastrar a otros para cumplir su cometido, en cambio Evan aquel de 18 años era ese chico que aunque también era muy inteligente y guapo, no era tan arriesgado, solía pensar las cosas antes de actuar pero, sin embargo se dejó llevar.

Agnes, la hermana de Jaxon de tan solo 16 años aunque un poco reacia al principio ante la propuesta, también aceptó, la chica de cabello rosa (Teñido hace dos semanas), piel clara y ojos con heterocromia la cual le daba un ojo azul y otro verde, igualmente se arriesgó a la ruda búsqueda, sabía que no sería fácil pero que también traería grandes beneficios.

Tardaron exactamente dos semanas en preparar todo su equipo de supervivencia el cual los ayudaría en momentos de socorro, exactamente el día jueves 06 de agosto del año 2020, se adentraron a las honduras del bosque, haciéndose de ayuda de un machete para despejar el camino hasta llegar a la orilla del misterioso lago; para tratar de hallar a las míticas sirenas que deberían ayudarlos a encontrar el tesoro.

Al principio solo gritaron esperando que alguna criatura marina los escuchara y saliera a la superficie, pero al no encontrar respuesta se zambulleron a las profundidades del lago con cierto miedo de encontrarse bestias marinas que no se parecieran en nada a las sirenas. Nadaron hasta que Jaxon dio el grito de alarma, al encontrar una de las extrañas criaturas de dientes filosos, rostro demacrado, cola escamosa que le daba un tono verde escabeche o naranja que hasta brillaba, así como senos tapados por un musgo que cubría lo que nadie debería ver (Nada que ver como las describen en cuentos), la sirena al ver como los cuatro chicos la miraban, gruñó en advertencia, tomó a Jaxon de la mano y se lo llevó a las profundidades como garantía de que encontrarían el premio, ya que si no lo hacían él nunca regresaría. Sus amigos asustados por su desaparición, les rogaron a las sirenas que aparecieron tiempo después de que la ladrona del chico se hubiera ido. Les rogaron que regresaran a su amigo, prometiendo que en caso de ellas hacerlo, ellos volverían a su hogar sin una moneda en sus bolsillos, sin embargo las sirenas se negaron advirtiéndoles que si se iban y no seguían con su búsqueda, su amigo moriría.

Llevados por el miedo siguieron con su terrorífica búsqueda, metiéndose a las profundidades del bosque que rodeaba al lago en busca del misterioso premio. Con gran terror se dividieron, yendo Evan solo, a escalar árbol tras árbol para tratar ver algo desde la lejanía, ya sea el premio o alguna pista, en cambio Brigitte y Agnes se adentraron a una oscura cueva esperando hallar algo que las ayudara a encontrar por lo que fueron en primer lugar a ese mítico bosque.

Al no encontrar nada que los pudiera ayudar, fueron otra vez en busca de las sirenas para así intentar conseguir un poco de su ayuda, ya sea prometiéndoles parte de la riqueza o rogándoles, al toparse con ellas les contaron que no hallaron ninguna pista de donde se podría encontrar el tesoro, les prometieron que si los ayudaban les daría la mitad del premio (Las sirenas no aceptan ningún tipo de tratos) pero ellas se negaron afirmando que el oro no era nada para ellas. En vista de que las promesas no interesaban les rogaron que los ayudaran, pero las sirenas son muy difíciles para dar respuestas así que sólo les dan un enigma que decía: "De ahí vengo, de ahí soy, de ahí como, de ahí murió". Los viajeros tardaron en adivinar la respuesta correcta, pero lo descifraron debido a que se dieron cuenta que las sirenas hablan de ellas mismas, por lo tanto son del agua, viven en el agua, comen en el agua y si no adivinaban su amigo Jaxon moriría en el agua.

Con sus equipos de nado ya puestos, se zambulleron a las profundidades del lago, encontrando una cueva submarina custodiada por cinco horribles sirenas (Más feas y viejas que las anteriores), ellas al verlos los dejaron pasar y subir a la superficie seca donde se encontraron con grandes cantidades de oro y joyas, además de a su amigo inconsciente con una marca en su hombro de unos grandes dientes.

Las sirenas desde el agua los hicieron elegir entre su amigo y el oro además de joyas, en caso de elegir a su amigo deberían dejar cada una de las riquezas que se hallaban en esa cueva y si elegían el tesoro debían dejar al humano para serles de cena a las espeluznantes criaturas marinas. Los chicos debatieron un tiempo, considerando que aunque podrían tener riquezas ya no tendrían a su amigo, ni Agnes a su hermano por lo que a pesar de irse sin dinero en sus bolsillos eligieron a su amigo (Mala decisión) nadie se escapaba de las sirenas vivo.

Evan y Brigitte se acercaron a Jaxon, lo tomaron cada uno de la cintura y se lo llevaron al agua, nadaron un poco (Casi llegaban a la orilla), creían que estaban a salvo y que se irían a casa en paz, pero no era así.

Las sirenas atacaron con sus grandes dientes y sus largas colas a Agnes, quien se encontraba detrás, una la golpeó con su larga aleta en la cintura mientras que las otras fueron por Evan, Jaxon y Brigitte, al ver que estaban siendo atacados Evan sacó una pequeña daga de los pliegues de su ropa, dándole tiempo a Brigitte de llevar a Jaxon a la orilla sano y salvo, al lograrlo ella volvió a ayudar a sus amigos, también sacando una daga pero para ayudar a Agnes quien se encontraba desarmada, Evan logró cortar a una de las bestias en su aleta por lo que esta huyó de dolor, dejando solo a una desprotegida contra Evan.

Agnes golpeó a una sirena entre sus senos, logrando que esta llorara de dolor y que otra le intentara asestar un mordisco a la humana en el hombro, pero al liberarse Evan de la sirena con la que luchaba, fue en ayuda de sus amigas, sin embargo, en ese preciso momento de su bolsillo se cayó una moneda de oro, distrayendo a la que peleaba con su amiga, por lo que Agnes logró mover su mano hacia una pequeña daga que tenía escondida entre los pieles de su ropa, tomo impulso y se la acertó en la cola. Al ver que ya no había ningún otro rival nadaron a la orilla y se alejaron de ésta lo más pronto posible.

Con un Jaxon inconsciente entre ellos y oro en sus bolsillos corrieron por el bosque como si la muerte los persiguiera, logrando salir del pueblo fantasma al que nunca debieron entrar hasta llegar a su hogar y contar la historia del mítico lugar.