Yo ganare

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New Aincrad, Piso 22 Villa Coral, enero de 2026

—¿Qué es lo que planeas? —sus mejías se sentían arder, cuando le planteó esa interrogante demasiado obvia para ambos.

El spriggan no contesto de inmediato, en silencio y con toda calma volteó la siguiente página del libro que se encontraba leyendo antes de levantar su mirada y conectar sus verdes esmeraldas con los acua de la Undine que ofendidos por su actitud escondía en la perplejidad su evidente enojo.

—Tengo calor —bajo de nuevo su atención a la lectura, que parecía lo atrapó por completo.

La sangre de Asuna hirvió en cólera ante la corta y tonta respuesta del joven, que solo intentaba hacerla estallar.

—Ponte una camisa de inmediato —sus manos se posaron en su cintura para demostrar que hablaba en serio y no estaba bromeando.

—Tengo calor —insistió el spriggan, haciendo que la Undine arquear sus cejas en evidente enojo.

La razón por la que se enojo no fue porque Kirito, cómodamente se encontraba sentado en su usual sofá disfrutando de un buen trozo de lectura, el problema en esa oportunidad era que se encontraba exhibiendo su cuerpo como si fuera algún tipo de modelo a quien le estaban haciendo una sesión de fotos para una revista juvenil.

El sencillo pantalón corto era lo único que le cubría; su pecho y piernas que normalmente se encontraban escondidas por su gabardina negra, pantalones y camisa, ahora a primera vista destellaban en los ojos de Asuna, haciéndole perder la paciencia al entender de inmediato, porque su novio actuaba de esa extraña forma.

—Las chicas vendrán en cualquier momento —intentó una nueva táctica, esperando que la vergüenza de mostrarse frente a sus amigas de esa forma le hiciera entrar en razón y olvidar aquella tontería al menos cuando ellas estuvieran presentes.

—Hay calor —protestó neciamente, sin quitar su vista de la lectura.

—Kirito-kun ¡Ponte una camisa! —estaba perdiendo la paciencia con él, la estaba provocando y para su mala fortuna estaba funcionando su descortés plan, pues sus mejías seguían ardiendo en pena.

—Tengo ca...

—Rápido, ponte una camisa —le interrumpió, no quería oírle decir la misma excusa otra vez.

Sin emitir protesta alguna, el azabache cerró el libro y con un lento movimiento de su mano derecha llamó al menú, realizó varios toques en el mismo, hasta dar con el menú de vestuario.

El alivió que la de cabellera acua sintió solo fue por escasos segundos, cuando en lugar de que Kirito se equipara con una camisa, sus pantalones cortos desaparecieron con un suave sonido, dejándolo únicamente con su bóxer. Algo que le hizo sentir su sangre hervir en sus mejías a más no poder.

—¿Qué estás haciendo? —trató de no verlo directamente, sabía que ese era el objetivo del joven. Hacerla caer al mostrarle su cuerpo.

—Hay calor —continuó con su tonta excusa.

—¡Vístete de inmediato! —ordenó ofendida.

El de cabellos negros se paró aun con el libro en una mano dio un paso hacia adelante para pegar su rostro al de la abochornada Undine, quien instintivamente retrocedió.

La profunda mirada esmeralda reflejaba como siempre calma, no obstante la traviesa sonrisa que se asomo en el juvenil rostro del spriggan, gritaba cuan complacido se sentía al verla hecha un lió por él.

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