Entre Megan y Chase había dos simples reglas.
1. Hay que tomar esto solo como un juego.
2. Prohibido involucrar sentimientos, para el solo eran dos mejores amigos disfrutando, dándose placer.
Pero para ella todo era muy diferente, para Megan era el hombre de su vida, era tanto el amor que le tenía que estuvo dispuesta a entregarle lo más preciado, su virginidad, y así lo hizo. Su primera vez la tuvo con Chase, y no se arrepentía de aquello.
Claro estaba que Chase no sabía que Megan lo quería más que a su propia vida, pues jamás se lo había dicho ni demostrado.