lista de sospechosos

(1)-Terror vivo

Mi cuerpo temblaba sin control, sentía el frio sudor caer por mi espalda contrastando con las cálidas lagrimas que caían de mis mejillas, el sonido de las sirenas hacía eco en mi cabeza sin compasión a la horrible migraña que ya me atormentaba y por si fuera poco el vomito amenazaba con salir de entre mis labios.

Estaba hecha un desastre. Había dudado en entregar la libreta, pero hacia ya dos semanas que la halle en el patio trasero y creí......supuse....me engañe pensando que estaría bien que podía vivir con la carga de lo que había dentro, al parecer no. Y gracias al monstruo que escribió el contenido viví dos semanas en el infierno, dos semanas en las que apenas pude dormir y comí apenas lo necesario para sobrevivir, en las que el miedo estaba incrustado en mis huesos, en las que solo salí de la habitación para asistir al colegio y para cubrir mis necesidades básicas; pero la paranoia ya no me dejaba en paz.

 ¿Por qué tanto drama por una libreta? ¿Qué tiene de especial la dichosa libreta? Pues esa libreta contiene ni más ni menos que un año y medio de mi vida con lujo de detalles, desde la hora en que me despertaba hasta la hora que iba a dormir, pero eso no es todo también contiene todo tipo de información personal de cada persona con la que he hablado durante ese tiempo, no importa si solo pregunte por una dirección o si solo salude por cortesía, claro no de todos y cada uno pero si de al menos el 70% de las personas con las que he interactuado y 70% realmente es mucho, contiene nombres, fechas y horas de encuentros con mi persona, nombres completos, números telefónicos y direcciones.

 Y eso realmente me aterra de forma inigualable.

 —señorita romano, entre por favor —dijo una oficial sacándome de mis espantosos pensamientos.

 —¿Si? — mencione más como una pregunta que como afirmación.  Me levante de mi asiento con mis rodillas temblando y apenas siendo capaz de mantenerme en pie, camine lentamente apoyándome en la pared hasta llegar a la puerta de una oficina, la oficial hizo un gesto con la mano indicándome entrar y así lo hice. 

 Pensar que esa puerta fue el primer paso para el fin.