Híbrido de sangre 1 Y 2 (Libro 3 de la saga: Secretos De Luna).

Cap 12 = Identico a él

.*Victoria*.

Cuando volví a estar entre los brazos de Vlad una alegría indescriptible se apoderó de cada célula de mi cuerpo. Ahora podía decir que me encontraba completa, el vacío que sentía en mi corazón había desaparecido en su totalidad.

—Si esto es un sueño no quiero despertar —murmuró muy cerca de mi oído.

—No, aquí estoy —le doy un pequeño beso en ese lugar tan sensible de su cuello, ese donde estaba mi marca.

Él sonríe antes de volver a devorar mis labios con pasión, mientras se posiciona encima de mí.

—Vlad … —lo llamo cuando comienza a dejar un camino de besos en mi cuello. —Vlad, debemos hablar.

—Podríamos hablar después del segundo round —Dice antes de lamer su marca. Un gemido involuntario escapa de mi garganta al sentir el calor de su lengua.

No sé de donde saque las fuerzas para resistirme a sus besos y caricias pero logré alejarlo de mí.

—No. —Dictamino con la respiración un poco agitada. Él suelta un suspiro de resignación, ya que sabe que nada me hará cambiar de opinión, y se incorpora en la cama.

—¿De qué quieres hablar? —sus ojos me miran fijamente.

—De nosotros —digo, como si fuese obvio, al sentarme.

—¿Hay algo especifico que quieras saber? —vuelve a preguntar con expresión neutral.

—¡Claro! —exclamo. —Hace tres meses que no sé nada de ti —él parece sopesar mis palabras.

—No hay nada relevante que contar. —Responde como si nada y eso me enoja un poco. —Estuve todo ese tiempo sufriendo por ti y sirviendo como bolsa de sangre. —Se enconje de hombros.

<<¿En serio no piensa preguntar cómo estuve yo?>> —pienso con indignación.

'Al parecer no'. —Se mofa mi loba.

—Idiota —digo entre  dientes.

—¿Qué dijiste? —interroga con los ojos entornados.

—¿Acaso no piensas preguntarme qué hice todo este tiempo? —inquiero, en tono de reclamo, y me cruzo de brazos.

—Ya lo sé, Lore y Eliot me mantuvieron informados de tus movimientos. —Su vista viaja a mi pecho.

—Esos traidores —susurro y él esboza una sonrisa.

—¿Ya podemos seguir en lo que estábamos, señora Vostok, o hay algo más que desee saber? —pregunta en un tono sugerente.

<<Lore tiene razón, los hombres sólo piensan con la cabeza de la entrepierna>>. —Pienso con molestia.

—¡¿En serio no tienes nada que decir?! ¿No vas a preguntarme por qué rechazaba tus llamada o por qué no vine a verte antes?. —le reclamo en un tono bastante elevado.

—No, eso ya no me interesa —acaricia mi mejilla con su mano. —Lo único que me importa es que ahora estás aquí conmigo —junta su frente con la mía y la ira que estaba creciendo dentro de mí se apaga.

—Creí que yo había dejado de importarte —confieso con la vista en un punto fijo, porque me aterra ver un atisbo de duda en sus ojos.

—¿Por qué Creíste eso? —con ayuda de su mano eleva mi rostro para que lo vea a los ojos.

—Como dejaste de llamarme pensé qué…

—Lo hice para darte tu espacio —me interrumpió. —Muchas veces estuve a punto de volar a Croacia para verte, porque me estaba matando la idea de que la luz de nuestro amor se apagara, pero…