Conociendo una Yautja

La Caída

Respiré hondo antes de dejarlo salir lentamente. El cielo estaba hermoso hoy. El tiempo lluvioso había pasado hacía un tiempo, y aunque llovía de vez en cuando, el cielo finalmente estaba despejado de nubes. Las estrellas muy conocidas para mí brillaban maravillosamente en el cielo. Me gustaría mucho tener un telescopio para poder ver las estrellas, los planetas y nuestra luna tan cerca. Por ahora podría agradecerte por vivir al menos en un lugar donde la luz de la ciudad no perturbara la vista del cielo nocturno.

Pero, sinceramente, estaba un poco aburrida. Era de esperarse que viviendo en un fin del mundo así. No pasó mucho.

Un suave gemido me recordó que no estaba solo.

"Estás tan aburrido como yo, ¿verdad?", Sonreí a los dos pastores alemanes que yacían a mi lado. Samantha y Stephen pusieron sus cabezas borrosas sobre sus patas, grandes ojos marrones mirando al cielo, gimiendo de vez en cuando. Les di unas palmaditas en la cabeza y me di cuenta de que estaban tensos, preocupados. "¿Qué pasa, eh?"

Casi como si fuera una respuesta, un sonido terriblemente alto explotó en algún lugar sobre la casa. Samantha y Stephen se levantaron rápidamente, ladrando en voz alta, aparentemente tan asustada del sonido como yo. ¿Qué fue eso, trueno? ¡Pero no había nubes en el cielo!

De repente un destello! Rayo?

Miré hacia arriba en el momento justo cuando algo brillante cortó el cielo, cada vez más cerca.

"¡Meteorito!"

¡Dios mio! ¡Un verdadero meteorito que atraviesa el cielo nocturno tan cerca de mi casa! Pero ... ¡Ya estaba muy cerca del suelo! De esta manera ... ¡Se iba a caer a pocos metros de la casa! ¡Oh, eso no fue bueno ...!

"¡Vamos! Vamos! ¡En la casa! "Traté de tirar de las correas del perro, eran fuertes, jóvenes pastores alemanes entrenados para proteger el suelo, pero logré guiarlos adentro. Bueno, seguramente la casa no iba a brindar mucha protección, pero aun así, ¡era mejor que nada!

Tan pronto como cerré la puerta principal para que los perros no intentaran correr, el suelo tembló y un choque casi idéntico al anterior hizo que las ventanas y los candelabros vibraran violentamente.

"¡Qué demonios ...!" Abrí las puertas tan pronto como terminó el choque, tratando de ignorar los fuertes y agudos ladridos de los Pastores en mis oídos. Desde el umbral de la casa se podía ver una enorme nube de humo desvaneciéndose en el cielo nocturno.

El meteorito había caído lejos de casa, pero no tanto. Cayó al bosque a pocos kilómetros de distancia.

Bien, ¿recuerdas cuando me quejaba de que no pasó nada interesante dentro? Bueno ... ¡Ese fue un hermoso cambio de escenario!

Ni siquiera pensé dos veces en lo que quería hacer. Condujo rápidamente a Stephen y Samantha a la perrera y los atrapó allí, abriendo la gran puerta de la propiedad, saltando a mi vieja camioneta y llevándome al lugar del accidente lo más rápido que pude.

La ciudad estaba un poco lejos de donde vivía y del bosque, pero seguramente alguien vendría a ver qué pasaba tarde o temprano.

"Amigo ... ¡Un meteorito!", Me reí como un tonto. ¡Fue increíble, me quedé sin palabras! Al ser alguien que estaba muy interesado en lo que había allí fuera, tanto la astronomía como el fantástico mundo de la ciencia ficción, ¡la oportunidad de ver un meteorito no solo cayendo, sino también de verlo en el suelo era simplemente una oportunidad única!

Pronto llegué al bosque, usando el daño de la caída como guías.

Gran parte de los árboles fueron quemados, destrozados, troncos chamuscados fueron arrojados aquí y allá, mientras grandes surcos en la tierra mostraban la forma en que el meteorito finalmente se había detenido. Maldición ... Tenía que ser un meteorito bastante grande para hacer algo así.