Conociendo una Yautja

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El crujido de carne en la sartén llenó el silencio en mi casa, junto con el delicioso olor, aunque no tenía ganas de comer. Más bien, mi estómago no tenía ganas de ingerir nada. Todavía se retorcía de preocupación y aprensión.

Me sentí tranquilo, sinceramente, pero sabía que era solo parte de un instinto de preservación. Ya sabes, ese tipo de instinto que te hace repetirte a ti mismo que "todo está bien" cuando algo claramente no está bien.

Suspiré, mirando a la tableta, solo para recordar que la había dejado dentro del garaje. Oh genial

El alienígena aún no se había despertado, hasta el punto de que comencé a preocuparme más por su bienestar que por el mío. Ridículo, no? De todos modos, mi mente preocupada me obligó a dejar a la criatura sola, ir a la cocina y prepararle algo para que cuando despertara no intentara comerme la cabeza. Y por lo que noté mirando la extraña cara del alienígena, decidí que debía comer carne, así que aquí estaba.

Me tomé este tiempo para preguntarme algunas cosas muy importantes ... ¿Por qué estaba él aquí? ¿Y por qué se había estrellado tu nave? Tal vez hubo un problema en la entrada del planeta, o un problema con los controles ... Tal vez se acabó el combustible. Me reí. Tal vez cuando se despertara recibiría respuestas, o tal vez no. ¿Quien sabe?

Deslicé la carne en el plato (plástico, por supuesto, no quería uno de los pocos platos de vidrio que había roto) y me dirigí al garaje. No fue lo mejor que pude hacer, pero fue suficiente por ahora ...

La puerta de madera del garaje gimió ruidosamente cuando la empujé, y maldije internamente, ahí va la idea de ser cuidadoso y guardar silencio.

Pero apenas tuve tiempo de reaccionar cuando un sonido fuerte y ensordecedor como el rugido de un tigre resonó en mis oídos, haciéndome temblar en las bases.

Levanté la vista lentamente, encontrando otros dos ojos azules mirándome fijamente al alma.

La criatura estaba despierta.

Y me di cuenta de que no era feliz.

Me estaba mirando, como dije antes, con los ojos muy abiertos, casi asustado, diría, pero tal vez fue solo una sorpresa. Estaba apoyado contra la curva de sus dedos, agachado como si fuera a saltar y golpear. Me estremecí Y sus mandíbulas estaban abiertas, mostrando los dientes más pequeños pero muy afilados dentro.

Dios mío, ¿en qué me metí ...?

Sin embargo, noté que no se había movido desde que entré en el garaje, así como no me atreví a moverme. Era como si estuviera calculando la situación en silencio ... esperando el momento adecuado para actuar ... como un depredador ... a punto de atacar a la presa.

Y yo fui la presa.

Tragué fuerte. Ok, ok ... Tenía que pensar ... Lo mejor que puedo hacer es demostrar que no ofrezco peligro ...

Moví una pierna con cuidado, solo para probarla. El depredador también se movió un poco, haciendo sonidos bajos que me recordaron clics e incluso el silbido de un gato en algún momento. No atacó al menos.

Bajé el plato con las manos al suelo, fue una sorpresa ver la carne todavía en el plato con el temblor de mis manos, y me puse de rodillas. Al menos ese signo de "sumisión" que podía entender, ¿verdad?

"Yo ... traje comida ..." murmuré y apenas reconocí mi voz, temblando y me detuve así. No esperaba que me entendiera, ¡pero no era del tipo que guardaba silencio por mucho tiempo, especialmente en situaciones estresantes!