Prólogo

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Era un nuevo día, los pájaros cantaban,las flores florecían, en días como estos un peliverde se encontraba haciendo el desayuno para su familia de tres, pronto cuatro.

_Bien, creo que eso es todo_ dijo el peliverde a nadie en particular_ Será mejor que vaya a despertar a esa holgazana_

El peliverde como dijo fue a despertar a su esposa pero antes paró en la puerta de la habitación de su primogénito. Tocando suavemente la puerta recibió un pase proveniente del dueño de la habitación.

_¡Hey campeón!_ saludó el peliverde con una sonrisa_ Tienes que cambiarte. Hoy tienes que ir a la escuela_

_Buenos días, otou-san~_ saludó un chico que al hacer a un lado las colchas reveló una cabellera rubia con mechones verdes_ ¿Qué hora es?_

_Son las 10 AM_ respondió el peliverde luego de fijarse la hora en su reloj_ Tienes tiempo todavía. Ve a cepillarte los dientes y luego baja a desayunar_ dijo antes de voltearse y salir de la habitación

 _Hai~_ dijo el niño de forma perezosa antes de hacer lo pedido por su padre

El peliverde de ojos del mismo color al salir de la habitación de su hijo se dirigió a la suya la cual compartía con su cariñosa esposa para poder despertarla. Entrando sin hacer ruido se encaminó hacia la cama donde se encontraba una hermosa y durmiente mujer rubia con un bulto en su estomago revelando que estaba embarazada.

_Linda tienes que despertar_ dijo el peliverde de forma gentil mientras movía suavemente a la rubia

La rubia al sentir el movimiento comenzó a abrir los ojos lentamente. Dando un tierno bostezo se levantó viendo a su esposo parado al lado de ella.

_Buenos días, anata~_ dijo frotándose los ojos en un intentó de despejar el sueño

_Buenos días_ correspondió el saludo_ Vamos, tienes que desayunar para que el bebe crezca adecuadamente_ dijo con una sonrisa extendiendo su mano

La rubia acepto la ayuda gustosamente_ Si, tienes razón_ dijo con una sonrisa_ ¿Y Edward?_

_Ya fui a despertarlo_ respondió el peliverde_ Debe estar cambiándose para la escuela_ 

_Ya veo_ dijo la rubia

Luego de esa pequeña conversación y de que la rubia se aseará, la pareja bajo por las escaleras hacia la cocina donde los esperaba un hambriento Edward.

_¡Buenos días, okaa-san!_ saludó el bicolor con una sonrisa

_Buenos días, Eddi-chan_ correspondió el saludo con una sonrisa

Luego de que madre e hijo se saludaran, ella ayudo a su esposo a servir el desayuno el cual comieron rodeados de un ambiente tranquilo y familiar. Al acabar, el peliverde fue a prepararse para su trabajo. Pasados unos minutos el peliverde bajo por las escaleras vestido con un traje de oficinista.

_Bueno querida, ya nos vamos_ dijo el peliverde con una sonrisa a lo que la rubia asintió con una sonrisa

_Nos vemos, Eddi-chan_ se despidió la rubia de hijo mayor

_¡Nos vemos, okaa-san!_ dijo alegre el bicolor antes de correr hacia el auto familiar a esperar a su padre. La pareja soltó una risita al ver lo hiperactivo que es su hijo

_Hasta luego, Melissa-chan_ dijo el peliverde antes de darle un tierno beso a su esposa la cual le correspondió gustosamente

_Hasta luego, Melissa-chan_ dijo el peliverde antes de darle un tierno beso a su esposa la cual le correspondió gustosamente

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El Nuevo Padre de la HumanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora