soukoku week. // bsd.

❝ᴅɪ́ᴀ ᴜɴᴏ.

❏ Peace.
❏ Trial and error.
❏ “baby, then it's only you can pull me from the waves” —Pull me from the waves, AFSHeeN.

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Quería correr y esconderse. Por primera vez en su vida había sentido genuina desesperación y la odiaba.

Lo que había pasado con Odasaku solamente le dejaba más claro que él no tenía derecho a ser feliz. No importaba que hiciera, la inquietud que le aplastaba el pecho nunca se iba. Lo que quería conservar lo perdía, lo que quería cuidar lo destruía. No importaba cual fuera el más ínfimo deseo de su corazón, la vida se empeñaba constantemente en arrebatarlo de sus manos.

Tal vez esa fue la razón por la cual Dazai Osamu tomó la decisión de abandonar la Mafia Portuaria de la noche a la mañana. Eso, acompañado con el último deseo de su mejor amigo, le había dado suficiente motivo para alejarse de la vida tan oscura que había acostumbrado a llevar. Que más daba, no tenía nada ahí a lo que pudiera sostenerse, y si Oda tenía razón, seguir ahí solamente lo llevaría más a la oscuridad, y moriría con el pecho aplastado en inquietud interminable. Morir no era el problema, el sentimiento tan desagradable era lo que quería desaparecer de su alma. Si tuviera que ponerlo en palabras, se sentía como si todo la fuerza del océano lo golpeara, como si todo el peso de esa inmensa y profunda masa de agua cayera sobre su cuerpo y le impidiera salir a la superficie a respirar.

Más que nadie lo sabía él, que ya había intentado ahogarse literalmente en más de una ocasión. La sensación del agua llenando tus pulmones era difícil de olvidar. Quién lo mandaba a tener tan odiosa suerte para no morir, era increíble cómo hasta algo tan simple como eliminar su existencia de este mundo se le complicara tanto; clara señal de que la paz no estaba hecha para ser parte de su ser, nunca. Muchos decían que Dazai burlaba a la muerte, pero si se lo preguntaran, diría que es al revés, y la muerte es la que se mofa de él cada que se niega a tomarlo entre sus brazos. Como un constante tira y afloja en el que, cada vez que Dazai tira más fuerte para ser llevado, la muerte lo suelta, mientras esboza una cruel sonrisa, para hacerlo caer sobre su trasero de vuelta en la vida. Todo el tiempo.

Pero aún sabiendo eso Dazai seguía intentando, y decidió arriesgarse.

Tal vez no podría morir, tal vez hacer el bien es lo que aliviaría su malestar. Ser buena persona te hacía más humano, ¿no? ¿era así? ¿los que se jactaban de ser «personas de bien» se sentían tranquilos consigo mismos? No sabía si era capaz de ser «bueno» alguna vez. No cuando toda su vida había arrebatado vidas sin chistar, no cuando había desvalorizado la existencia humana, apartándose de la misma. No cuando no podía sentirse parte de los demás, ¿un… ser, como él, era capaz? Se veía al espejo para recordarse que al menos, apariencia humana si portaba. Le daba temor verse un día y que el reflejo que le regresara la mirada fuera diferente.

Si no soy humano, ¿qué soy?

Todo en la Port Mafia era igual de vacío que él, aunque en comparación todos parecían tener más luz interior de lo que alguna vez Dazai podría presumir.

Le dolía la cabeza, ¿por qué precisamente él, quién buscaba desesperadamente la muerte, ahora parecía querer encontrar algo que valga la pena para vivir? Sonaba ridículo, Dazai no era así. La gente no cambiaba en un parpadeo, no era capaz.

Se podría decir que todo ocurrió en un segundo. Pero probablemente era algo que estaba sucediendo desde mucho tiempo atrás, de manera imperceptible ante sus ojos; Lo cierto es que Dazai Osamu siempre estuvo esperando encontrar una razón de existir, aunque ni él mismo en su extenso conocimiento psicológico del comportamiento de las personas, -pues claro, hablamos de un extorsionador, manipulador y sociópata prodigio- pudo notar hasta ese preciso segundo.