Capítulo 1:

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UN DÍA ANTES:

Es nuevo día por la mañana. Todo el mundo se está despertando y preparando para la gran tradición que se celebra una vez al año.

Nunca me ha gustado esta tradición ya que se trata de cazar cualquier tipo de dragón recién nacido y sacrificarlo delante de nuestro Rey.

Cada año lo sacrifica una persona diferente, le puede tocar tanto a un adolescente, como yo, o a un adulto. 

Nunca asisto a estas cosas ya que noto que algo dentro de mi se rompe y me resulta imposible verlo...

Pero hoy mis padres me han traído y no puedo llevarles la contraria después de no asistir nunca.

La plaza esta llena de gente y más adelante hay una especie de escenario de madera, y encima de el se encuentra el rey listo para elejir al próximo que hará los honores.

Se dice que estas celebraciones son un regalo para un antiguo guerrero que acabó con todos los dragones de nuestro territorio, pero que después de su muerte los dragones volvieron, y lo extraño era que no atacaran nuestro reino. Pero aún así todos creían que tarde o temprano atacarían y  que por eso debían empezar a acabar con ellos, y para dar advertencia sacrificaban a las crías.

El rey miraba principalmente a los adolescentes, todos parecian entusiasmados en cambio yo solo deseaba irme a casa.

Y entonces su mirada paró en mí.

- Creo que ya tenemos al elejido de este año - dijo, y todo el mundo aplaudió.- ¿Cómo te llamas, joven?

Me señale a mi misma pera aseurarme de que me decía a mí... y él asintió.

- Mi nombre es Katla, pero yo no...

- Un aplauso para Katla, quién hoy realizará nuestra tradición.

De nuevo aplaudieron.

No quería moverme, no quería matar a la cría. Pero toda la gente me empujaba para que subiera al escenario.

Una vez arriba sacaron al pequeño dragón y le amarraron la boca y sus patas para que no puediera moverse.

Lo miré, era de color rojo intenso y brillante, sus ojos eran una mezcla de azul oscuro y negro.

Era bellísimo.

En ese momento un guardia se me acercó para entregarme el arma del antiuo guerrero. Era una espada con forma curba, la empuñadura era de oro... con una decoración de un dragón con ojos de esmeralda.

La cojí y la miré detenidamente, luego miré a la cría. Creo que me miraba como si me suplicara.

- Vamos Katla, acaba con ella- me dijo el rey.

Apreté la empuñadura. No podía hacerlo, ¡no podía!

Entonces hice la cosa más estupida del mundo.

Tiré la espada al suelo, agarré a la cría y salí corriendo en dirección al bosque...


HOLA DE NUEVO!!

Aquí el capítulo dos, aunque nadie lo lea yo sigo subiendo capítulos por si a alguien le entra la curiosidad que tenga unos cuántos capítulos para leer.

Bueno si os gusta votar y comentar.

ADIÓS.





La domadora y protectora de DragonesWhere stories live. Discover now