- ¡¿Qué?! - grito
- Lo que oye, señorita Dawson - me contesta el director
- No pueden expulsarme - le digo al director algo más calmada
- Claro que podemos, no es la primera vez que hace este tipo de cosas.
Bueno, y aquí estoy yo, discutiendo con el director para que no me expulse por una broma bien merecida.
- Solo fue una broma... - murmuro en mi defensa.
- Esta vez se ha pasado, señorita Dawson, solo a usted se le ocurriría dejar calva a una compañera y decir que solo es una broma.
Puede que me pasara un poco, pero es que esa bruja no me dejaba en paz, ni tampoco a mis amigos, tenía que darle su merecido.
- Oiga señor Merman, seguro que Judith no pretendía excederse tanto - habla mi madre - ¿verdad? - me da una mirada asesina y yo niego rápidamente. Sé que si me expulsan de nuevo me matará.
- Lo siento señora Dawson, la decisión está tomada, Judith tiene que irse - dice el director con su usual tono de amargado.
Es increíble, le hago un favor a todos y me expulsan por ello.
- Bien, ahora mismo iremos a recoger sus cosas - dice mi madre levantándose de la silla, se despide del director y sale del despacho.
Cuando mi madre sale del despacho me levanto de mi silla y miro al director con cara de pocos amigos.
- Estará contento, ¿no? - le digo con odio
- La verdad es que sí - me contesta con una sonrisa triunfadora y me dan ganas de borrarle esa sonrisa de un puñetazo. - Ya estaba algo cansando de tenerla siempre por aquí.
- Quizá si dirigiese mejor su escuela yo no estaría aquí tan a menudo.
- ¿Me está diciendo como hacer mi trabajo?
- No, le estoy diciendo que no sabe hacer su trabajo.
- Si no fuese porque ya ha sido expulsada recibiría un buen castigo, señorita.
- Mireme - extiendo mi mano hacia el - Estoy temblando - hablo con sarcasmo. - Solo le diré una cosa - sonrío - Tenga cuidado con su champú.
- ¡JUDITH! - grita mi madre desde el pasillo.
- ¡Ya voy! - respondo con una sonrisa en la cara.
Me dispongo a salir de la habitación, pero antes de llegar a la puerta me giro sobre mis talones y le saco el dedo corazón al director, salgo de ahí dejándolo con la palabra en la boca, me encuentro a mi madre en el pasillo hablando por teléfono, justo cuando llego a su lado corta la llamada y me mira.
- Vamos, tenemos que recoger todas tus cosas - me dice demasiado calmada.
Eso si que es extraño, las otras veces que me han expulsado - sí, hay otras veces, esta es la sexta en dos años para ser más concretos - se ha puesto a gritarme como una loca.
Bueno, supongo que se está acostumbrando. No me quejaré.
Caminamos por el pasillo hasta llegar a mi habitación, una vez que estamos dentro saco mi maleta de debajo de la cama.
Así es, esta no es una escuela normal, es un internado. Pero nada parecido a Laguna negra o cualquiera que hayáis visto en una de esas peliculas o series de misterio. Aquí no hay asesinatos o enigmas que resolver. Este sitio es una mierda.
Mientras vacío el armario mi madre habla.
- Mañana te vas a Los Ángeles - dice y yo paro automáticamente de meter ropa en la maleta.
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Hasta que llegaste tú©
Teen FictionJudith Dawson es una chica guapa, inteligente, simpática y de gran corazón, pero sobretodo problemática, gracias a todo esos problemas tiene que irse a vivir a Los Ángeles con su hermano y sus tres amigos, que son los cuatro chicos más mujeriegos y...