Con la musica en la radio.

Birthday.

Llevaban viviendo 6 meses viviendo juntos, aunque más bien pareciera que ya llevaban una vida juntos. Y justo celebraban ese "mesiversario" el mismo día que Stiles cumplía años.

Todo estaba preparado, habló con la manada, diciendo que si el que se acercara ese día a la mansión, el mismo los mataría (metafóricamente).

El tiempo corría veloz, estaba quedándose sin tiempo, pero ya tenía casi todo preparado. Comida, como mucha, muchísima comida, ya que ambos comían demasiado.
También tenía en su pantalla ya la película favorita de él y Stiles, Shrek.

Se convirtió en su favorita ya que fue la primera película que vieron juntos, por error o no, a ambos les recordaba cuando eran niños y se sentaban con sus respectivas mamás a verla.
Y ahora la veían mínimo 1 vez al mes.

Adicional a todo, Derek tenía el regalo perfecto, una sudadera color rojo, como Caperucita, le decía él mismo. Stiles no tenía abrigos (no sabe el porqué.) Así que supo que ese era el regalo perfecto, junto con una almohada con forma de bola de baseball, el deporte favorito de ambos, también. Derek amaba literalmente que tan igual y tan distintos eran, como el ying y el yang.

Derek llamó al sheriff diciéndole que todo estaba listo, que podía dejarlo volver. Stiles había quedado en almorzar con padre y cenar con Derek y la manada, sin sospechar que el gran lobo feroz ya tenía otros planes algo distintos.

Estaba nervioso, ¿por qué? No lo sabía, Stiles era feliz con nada, y sin embargo el quería darle hermoso. Sabe que tal vez su sorpresa no es lo mejor y piensa en mejor tirar todo por la borda y cambiar el plan, llevarlo a cenar afuera y decirle a Peter que limpie todo, si, mejor.

Justo cuando tomó sus llaves para salir, su novio entró por la puerta, tropezando y cayendo al suelo. Pero a la vez riéndose por su caída, Derek ahí supo que no tenía que se preocupó en vano, su amor jamás pensaría que su regalo era patético, no señor.

-Feliz cumpleaños, Caperucito.- dijo el mayor ayudándole a levantarse mientras reía con él.
-El gran lobo al fin me dijo feliz cumpleaños, ¿debo preocuparme?- Stiles respondió mientras tenía una sonrisa enorme en su rostro.

Derek solo lo besó, dulcemente, una danza con sus lenguas, nada sexual, solo amor.

-Debes preocuparte en abrir tu regalo ya, y en comernos el helado porque olvidé ponerlo en la refri- dijo Derek.

Cuando Stiles abrió el regalo, su corazón se aceleró tanto que Derek creyó que tenía un ataque, y si, fue un ataque, pero de felicidad, Stiles estuvo buscando uno igual desde que leyó Caperucita Roja y conoció a Derek.

-Gracias, gracias, gracias, gracias- decía mientras saltaba de felicidad por toda la sala.

Derek solo lo volvió a besar, porque si, era una droga. Su dopamina, y amaba ese sentimiento.

-No te lo pongas, lo vas a manchar de caramelo.- dijo Derek mientras se lo quitaba y lo iba a guardar en el armario, pero antes de eso le dijo que se pusiera cómodo.

Derek salió con un flan de coco, el favorito de Stiles, con una candela de Star Wars.

-Sé que te gusta el dulce, así que aquí tienes tu postre, pero pide un deseo.-

Stiles sopló la vela no sin antes pedir su deseo.
Y como siempre era una lora que no se callaba, le dijo a Derek su deseo:

- Que todos los días sean tan buenos como hoy.-
-Haré como si tu cumpleaños fuera todos los días, solo que con una misma vela y seré tu regalo.- dijo Derek juguetón.

Después de ese momento, se pusieron a ver su película, y a comer.
Ambos cayeron dormimos en la segunda película.

Peter llegó, como siempre, de algún lugar misterioso y los encontró en ese estado, y sonrió mientras les tomaba una foto, ya tenía el regalo perfecto de Stiles por su cumpleaños.