𝐑 𝐄 𝐌 𝐄 𝐌 𝐁 𝐄 𝐑 𝐦𝐞

¿Qué nos pasó?

A veces siento como si mi cuerpo fuera más rápido que yo. Como si se moviera sin darle yo una instrucción. Siento que están pasando cosas más allá de lo que mi conocimiento limitado puede captar. En ocasiones puedo percibir esa extraña sensación. Me pongo más nervioso que antes, simplemente no soy yo el que responde a veces. Yo no sé, pero qué me está pasando.

¿A ti no te pasa? Es como si hirviera, pero no de rabia, sino como si mi cuerpo estallara y estuviera a punto de salirme el corazón del pecho... A veces me pasa cuando lo veo. Esto nunca me había pasado. Giro, doy vueltas, es como un desorden que tengo adentro.

Todo comenzó en el momento en que fui a una cafetería a las afuera del lugar donde trabajo y de la nada, él apareció. Con una expresión de molestia tan tierna que se complementaba con sus gafas, sus cabellos castaños y ese mechón rubio que lo caracterizaba, todo su ser era simplemente hermoso.

 ―Buenos días, ¿En qué le puedo servir?  ― salí de mi burbuja mental al escuchar su pregunta, había olvidado que él era un mesero de la cafetería.

 ―Tu nombre.

 ―¿Disculpe?  ―su expresión valió la pena, solo articule palabras sin pensar y admito que estoy avergonzado por ello pero él lo vale.

―¿Cuál es tu nombre? ¿Acaso o puedo saber el nombre de quien me atiende?

―Tiene razón. Mi nombre es Eridan, hoy seré yo quien lo atienda. Disculpe mi falta de cortesía.

―Descuida, soy Sollux. Un gusto.

Desde ese momento, mis pensamientos han estado mas enredados de lo habitual, esa sensación que antes mencioné ahora es más frecuente cuando lo veo. Ahora no evito ir todos los días a tomar un café en aquel lugar antes de ir a trabajar solo para verlo. Él ya sabe de mi presencia, se molesta cada vez que voy porque le termino molestando por diversión.

Nos volvimos cada vez más cercanos al pasar los días, sé que le agrado aunque no lo demuestre. Adoro como en ocasiones lo avergüenzo en su trabajo y termina por pegarme con un leve sonrojo en sus mejillas.

"¿Será que a Eridan no le pasará lo mismo cuando me ve?"  

Antes no era así, ¿Sabes? Me emociono cuando me atiende en esa cafetería y en ocasiones me freno. Me pregunto a mí mismo todos los días "¿Qué te pasa?". Y me pasó así horas y horas de sueño, sin dormir.

"¿Cómo le digo que él es todo lo que quiero?"

Siento como si él me abrazara, pero no me abraza nadie. Me dan ganas de abrazarme yo mismo para saciar esa soledad que en ocasiones siento. ¿Qué me pasa?

Creo que a él también le pasa. Está feliz cuando lo voy a visitar, a veces alejado y otras como nervioso. Él también se ve angustiado por el hecho no saber lo que le está pasando. Creo que tampoco entiende al igual que yo.

Estoy alterado, pero me acuerdo de él. Se le nota cambiado, creo que ha crecido, está como más alto o será su nuevo uniforme. A veces no reconozco su voz, pero siento una fuerte necesidad de encontrarlo; de encontrar la respuesta a lo que ambos nos está pasando.

 ―Buenos días, idiota. ―como hemos cambiado en estos meses, no?

 ―Yo también te quiero, Eridan.  ―no puedo evitar ocultar una pequeña sonrisa, ¿cómo le digo que él tiene la culpa de mis sonrisas?

―Supongo que lo mismo de siempre. Ya te lo traigo 

―Que buen servicio. ―en cuestión de segundo vuelve con mi pedido y se aleja tan rápido como llegó, parece como si él ya lo hubiera preparado desde antes. Pero esta vez había algo raro, la servilleta que venía con mi taza de café de siempre tenía algo escrito.

"¿Quieres tener una cita conmigo hoy? Att: ED"  

Hoy era el día en que ambos daríamos el primer paso para obtener las respuestas que hemos estado buscando, el porqué de nuestro comportamiento en todo este tiempo que nos conocemos. La razón por la cual no sabemos lo que nos pasó a los dos en cuanto a nuestros sentimientos.