Alpha

Capítulo 3

Los mire sin creerme lo que estaba pasando, no sabía si correr lejos de esa tierra de locos o si comenzar a gritar. En ese momento pensar con claridad se me hacía cuesta arriba ¿Como no me había dado cuenta antes? Por el amor de dios, con la cantidad de horas que me pasaba mirando a Xavier... ¿Como no había visto el tatuaje en su mano? Aunque no supiera que era, habría visto el aura extraña a su alrededor...tarde o temprano me habría dado cuenta de que algo no estaba bien...Pero no lo hice ¿Cómo era que no lo había hecho? Tras unos segundos que parecieron eternos conseguí decir algo:

- Fue ayer...yo...- no termine de decir la primera frase cuando Audrey me interrumpió, que mal me estaba cayendo la Barbie.

- Eso es imposible, llevamos rastreándote desde hace meses, tu energía estaba ligada con el demonio desde que comenzaron a hacerse los nuevos registros hace cinco años. – Audrey mantenía los brazos cruzados sobre su pecho. Su expresión distaba mucho de la dulce y linda faceta que se había empeñado en enseñar durante nuestra llegada.

- No estoy mintiendo... yo encontré el espejo ayer y la llave estaba en el cajón del tocador- al ver sus miradas acusadoras no pude evitar encogerme, se veía en sus caras que no me creían.

Por fin Xavier se dignó a decir algo:

- Audrey, llama a Maya, Con su espada sabremos la verdad – aun hablando con ella nunca aparto sus ojos de mí. - saldremos de dudas con ella...nadie puede mentirle a la espada de Damocles.

- Xavier, no estoy mintiendo... somos amigos – me acerque a él y entonces el dio un paso atrás, me dolió como si me hubiera clavado un puñal en el pecho ¿No se daba cuenta de que sería incapaz de mentirle? Yo le quería, sería incapaz de hacerle algún tipo de daño. Caí entonces en que Audrey había nombrado unos registros, una investigación...No eran mis amigos, se habían acercado para descubrir si Asmodeus estaba o no en mi poder. A parte de rara, ahora era estúpida, me había dejado engañar por ellos.

Andreu se me acerco. Puso su mano sobre mi hombro y abrió los labios para pronunciar unas palabras, que suponía, serian de ánimo. Sin embargo, todo esto no importo un carajo cuando una flecha negra le atravesó el brazo. Soltó un alarido de dolor mientras de entre los árboles aparecían diversos animales, todos putrefactos, el olor les delataba. Marionetas. Mire las figuras que se acercaban lentamente cojeando, gatos, lobos, ciervos todos con el pelaje ennegrecido y agujeros. De sus cuerpos demacrados y sin vida salía esa extraña masa negra viscosa que caía al suelo pudriendo lo que tocaba. El nigromante debía estar cerca, los mire esperando que alguien hiciera algo, pero todos estaban petrificados. ¿Porque no atacaban?

- Tenemos que salir de aquí, son demasiados- Xavier se puso frente a Audrey tratando de cubrirla mientras ella temblaba de miedo y avisaba a Maya, escribiendo con los dedos en el aire. Las letras tintineaban casi tanto como ella, que parecía tan insegura como un pequeño roedor ante un enorme felino.

- Se suponía que habías puesto la barrera – gruño Andreu mirando a Audrey con desaprobación. Por su mirada me acababa de dejar claro tres cosas; la primera, por el fallo de Audrey estábamos metidos en serios problemas. La segunda, aunque se empeñaban en mostrar lo contrario no había relación entre los tres. La tercera, tendríamos que apañarnos con lo que teníamos y salir de aquí cuanto antes.

- Me olvide...yo...- trato de decir justificándose, pero fue interrumpida.

- Déjala en paz Andreu, tenemos que salir de aquí y curarte eso- todos miramos su brazo, sus arterias sobresalían en la carne que comenzaba a ennegrecerse- yo los distraeré- dijo Xavier poniéndose al frente. Bufe sonoramente, ¿En serio? ¿se haría el gallito ahora? No era momento para eso, Andreu sudaba sosteniéndose el brazo, estaba pasándolo realmente mal. Me acerque y tire del metal negro sacándolo de la carne. Era mejor morir desangrado que envenenado. El apretó la herida y musito un gracias, yo le di una pequeña sonrisa mientras presionaba la herida tratando de no desangrarse.