"Christopher"

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Pasos, comienzo a escuchar pasos y risas en cantidad llenándose el aula de incontrolables adolescentes, mis compañeros de clase, todos alborotados toman asiento empujándome uno de ellos apropósito y dejándome caer al suelo provocando un estruendoso sonido en la aula al tratar de levantarme logro sentir la punta de un par de zapatos de vestir, al levantar mi mirada hacia la habitación logro ver auroras falsas brillar en las cabezas de mis compañeros y belleza innumerable en las chicas de la primera fila, era como si en sus rostros se reflejara la luz de un ángel,

-levántate, y toma asiento.

Intimidado y mientras me levanto lentamente, volteo mi rostro para ver el propietario de esa voz tan afable; mis ojos se tornaron de luz al ver un rostro conocido.

Más alto que yo, de ojos y cabellos negro y aunque ya es todo un adulto posee siempre un estilo juvenil, de ojos penetrantes que combinados con sus labios son como un acortejo sensual, con hombros anchos y cintura modesta, un trasero firme y de piernas fuertes que han sido formadas tras años de caminatas justo a las 5 de la mañana dando 2 vueltas por la calle de su casa y dándome la oportunidad de verle cada mañana, de lunes a sábados y los domingos permanecía en su casa para leer y prepararse para el lunes comenzar a torturar a sus estudiantes con más clases. Todo un maestro de lengua española, todo un hombre.

Casi ni hablo así que asentí con la cabeza y haciendo un leve sonido tomo asiento.

- Muy buenos días todos y todas ya muchos me conocen antes era su profesor de educación física, pero ahora no mas, mi nombre es Christopher de la cruz febles, soy su nuevo profesor de lengua española sustituiré formalmente a la maestra....

Siguió hablando durante un rato, y mientras lo hacía no podía dejar de mirarle los labios con confusión, lo miraba con incógnita, esa cara la cual veía siempre desde la galería de mi habitación y desde entonces me llenaba de una extraña sensación, como si deseara preguntarle algo y en verdad quería hacerle una pregunta.

-¿Qué haces todos los Domingos por la noche en tu habitación?

-¿Perdón? Oye niño...

- Mi nombre es Jeremy.

- ¿enserio? Creo que te conozco.

- ¿Enserio? –recito serio siguiéndole el juego

- Sí, eres el niño raro que siempre me está mirando, te voy a dejar claro algo, soy tu maestro y no quiero que creas que por esa razón puedes acercarte a mí, si tienes un sentimiento hacia mi déjalo desde ahora.

- Que mierda...- Digo pasmado de la impresión.

-Escucha niño ese tipo de palabras no...

- En primer lugar no me llames niño.

-Que, ¿ahora quieres que te llame niña?

- ... En segundo lugar volviendo a la pregunta, te pregunto esto porque siempre dejas la luz de tu habitación encendida hasta muy tarde de la noche.

- Eso es acoso, niño ve donde la psicóloga y deja de espiarme si no quieres una denuncia por acoso.

Dijo justo después de levantarse y mientras salía del aula la cual solo contaba con una presencia... la mía.

-¡Eres un insolente!

Las cosas no fueron fáciles desde ese día y es que para mí las clases de lengua española se volvieron atareadas, las pocas horas no alcanzaban para terminar todas esas actividades y allí comenzaron las tareas y los menos puntos, ya de vez en cuando ni me preocupaba por hacer las clase, porque aunque las hiciera como sea no eran suficientes para el profesor; para mí todo era muy estresante; no logro borrar la expresión de su rostro cuando me corrige mis tareas, es como una combinación de felicidad y satisfacción y más cuando me coloca ese rotundo cero.

-¿que desea?-dice mi maestro con altura e indiferencia.

-otra vez me pusiste cero.

-¡mira muchacho! No somos iguales.

-estoy harto de esto, si sigue así lo acusare con el director por su comportamiento, así que deje de tratarme de ese modo.

-... mira niño, piensa antes de hablar, si en algún momento algún profesor tubo preferencia contigo pues mira que conmigo no va a pasar.

- eres el profesor más terco que he podido conocer- menciono con tono de furia llamando su atención de manera idónea.-ese es el problema tienes preferencia con todos menos conmigo, me desplazas como si ni siquiera tomara tus clases, soy el ultimo en todo y por esa razón casi siempre tengo que hacer tus trabados solo, y no solo eso, siempre para ti mis trabajos están mal, esa es otra razón por la cual nadie se quiere juntar conmigo, eres como la maestra Mily de biología me hacen bullying y le dan alas a mis compañeros para que sigan con su juego.

- cuidado con lo que hablas, no hables mal de mis compañeros de trabajo si no quieres que te sancione por falta de disciplina, y te "acuse con el director"

Dice para luego salir del aula y dejarme con la palabra en la boca, ya normal en el, esa acción fue la gota que colmo el vaso, así que tome mi mochila guarde todas mis cosas y me dirigí a la salida de la escuela.

Comenzaron los problemas...

Justo en la salida de la escuela un grupo de muchachos, muchos de ellos acompañados de sus novias, entre ellos estaba su líder Rey el cual era alto y fuerte 3 años mayor que yo pero aun así solo me supera por un grado, me miraban con satisfacción como si me estuvieron esperando, y no hice bien acercarme a la puerta cuando comenzaron a acercárseme, fue como si tuviera sentidos arácnidos, de la nada sentí un rápido cosquilleo por mi cuerpo el cual me indico que había mucho peligro. Mientras me acercaba más, cada vez más, ellos aprovechaban para acercárseme más, mientras sus novias permanecían sentadas en una esquina riéndose y otras sorprendías.

-hola pajarito-dijo el más grande y fuerte de todos me doblaba en tamaño y en músculos ni hablar; y ahí fue; ¡piecitos pa que los quiero! Salí corriendo sin mirar hacia atrás, corrieron tras de mí como locos mientras que de lejos escuche a sus novias reírse y gritar de cuanto dudaban de mi masculinidad por salir corriendo...

Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora