Cada día se despertaba con un solo pensamiento por su cabeza, ¿debería seguir con todo esto?
Todos sus días eran lo mismo. Todo era una rutina, pero estaba acostumbrada a eso, y estaba bien con ello. No se imaginaba un día hacer algo nuevo, y no porque no quisiera, consideraba que no tenía muchas cosas que hacer.
No conocía a muchas personas y estaba bien con ello, a veces le aterraba estar en contacto con las personas, en ocasiones era demasiado directa que hasta podía llegara ofender a alguien, por eso a veces le aterraba abrir la boca.
Cuando el microondas dejo de sonar lo abrió para sacar su taza de ahí, tomo un sorbo de su chocolate y camino directo al escrito que tenía junto a su gran ventana. Puede que a muchas personas no le guste calentar cosas ahí, pero para ella era algo indispensable, y algo útil, mientras se calentaba su chocolate ella podía hacer otras cosas. Dejó su taza a un lado, uno donde no pudiera derramar el chocolate por accidente, y se puso manos a la obra. A menudo la gente la cuestionaba sobre a que se dedicaba, ellos no comprendían cuando ella decía.
-- Hago historias.
Eso era lo único que decía, ¿que mas podía decir? no habia mas por decir, era su trabajo. y aunque era una escritora reconocida solo era por su seudónimo, saoirse. Pero su nombre es Deirdre.
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Entre letras y algo más
Teen FictionA Deirde no le gusta ningún cambio pero no lo quiere aceptar, no quiere a las personas en su entorno. Esto puede cambiar cuando un chico extrovertido y con ganas de descubrir algo nuevo todos los días decide buscar a su escritora favorita.