Única parte

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—Ya te dejé en claro más de una vez que lo nuestro acabó definitivamente.

Esas fueron las últimas palabras que Erick me había dicho duramente antes de subir a ese avión.

No le había importado mis sentimientos ni las lágrimas que rodaban por mis mejillas o las miles de súplicas que salieron de mis labios.

Erick había terminado conmigo dos semanas atrás, alegando que lo nuestro se había vuelto aburrido, que ya no sentía por mí lo mismo que antes.

Incluso había empezado a inventar que yo le era infiel, que tenía un amante y estaba jugando con él.

Claramente estaba buscando excusas para cortar de raíz lo nuestro.

Traté de darle su espacio un par de días, pero cuando me enteré que se iría a Londres mi corazón no resistió y fui a suplicarle una vez más.

Le supliqué hasta el último momento que se quedara y no lo hizo.

Seguí con mi vida y a pesar de que había salido con algunas personas, no podía olvidar a Erick.

El Joel de aquel entonces lo seguía amando.

Dos años después Erick regresó y mi corazón saltó de emoción.

Teníamos amigos en común así que no fue difícil enterarme de su regreso y mucho menos de que volvió acompañado.

Estúpidamente asistí a la fiesta de bienvenida que le organizaron.

Erick seguía igual de lindo o tal vez aún más.

Me sonrió con descaro en cuanto me vio.

Besó a su novio viéndome de reojo.

Disfrutó cada segundo, mientras mi corazón se rompía en pedazos.

—Hola, Joel —me saludó sonriente —ha pasado mucho tiempo.

—Hola, Erick —murmuré lo más claro que el nudo en mi garganta me permitió.

—¿Qué ha sido de tí? —me preguntó en un tono tierno —¿algún novio? —elevó una ceja interesado al parecer.

"Yo no olvido mis sentimientos fácilmente. Pensé que tú eras el amor de mi vida". Pienso en mi mente, pero me limito a darle una respuesta corta —No hay nadie.

Él sonrío más ampliamente y arregló su cabello.

¿Acaso estaba coqueteandome?

—Ven —me jaló hasta la habitación de Zabdiel, la fiesta era en su casa.

—¿Por qué me trajiste aquí? —pregunté nervioso.

Erick no respondió nada y me besó.

Besarlo otra vez fue maravilloso.

—Extrañe esto —murmuró cerca de mis labios.

Y me envolvió otra vez.

—Te amo, Erick, nunca dejé de hacerlo.

Él se separó bruscamente —No empieces —soltó irritado.

—Erick... me besaste y yo pensé...

—¿Qué te sigo amando? —soltó una carcajada —Tengo novio por si no lo viste, se llama Johann y nos vamos a casar.

Sus últimas palabras perforaron mis esperanzas.

—No lo hagas, por favor —suplique humillandome una vez más —por favor.

—Lo de nosotros acabó hace mucho. Es vergonzoso que no lo hayas olvidado aún.

Time /Joerick/ OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora