Capítulo 3: Soy Famosa

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Al entrar a ese lugar, comprendi que no estábamos a salvo. Habia más gente malvada que buena, estábamos más al borde del barranco, a punto de caer, que de la salvación. Los vimos a ellos, con ella del cuello; todos pedían la misma cosa, gritábamos que no lo hicieran, y luego pasó. Vimos como caía y ardía en las llamas, el fuego crece, el humo se esparce y huele a quemado...

Luego caigo en cuenta y salgo corriendo del baño, mis tostadas se queman en la plancha. Estuve alrededor de 15 minutos con el cepillo de dientes en la boca perdida en los recuerdos del pasado, de ese horrible día. Saco las tostadas de la plancha y maldigo en voz baja, casi suena la alarma del departamento y despertaba a los odiosos vecinos. - Ni modo- digo antes de echarle jalea y pegarle un mordisco, eran las últimas rebanadas de pan que quedaban, debo hacer los recados pronto o mi gato y yo quedaremos en nuestro esqueleto.

Luego de terminar de comer y darle comida a Neo, me pongo una ropa sencilla y me amarro el cabello en una coleta. Cojo mi bolso y mis llaves y salgo a hacer las compras. Al llegar al super, el estacionamiento esta repleto - malditasea, no encuentro un puto parking- luego de estar diez minutos dando vueltas para aquí, para allá alfin encuentro uno, decido meterme en el y justo cuando doy la curva un maldito BMW decide hacer lo mismo que yo. Le toco el claxon - ¿!Serás idiota!? Yo llegue primero, buscate el tuyo- vuelvo a meter mi cabeza por la ventanilla, al ver que el da reversa y se va, me estaciono.

Me bajo y entro al super en busca de un carrito, y como siempre cojo el mas defectuoso de todos; voy pasillo por pasillo echando todo lo que necesito (y lo que no) al carrito. Estando en la área de los shampoo's y acondicionadores busco mi crema de coco favorita, está en lo mas alto de la góndola y yo con mis metro 1'52 no alcanzo ni de puntitas. Busco a mi alrededor a alguien lo suficientemente alto y lo encuentro - disculpe señor, ¿puede ayudarme a bajar eso?- el señor me mira y viene donde mi.

-Con su mala actitud en el estacionamiento no deberia bajarle nada- tiene cara seria, pero se nota a leguas que quiere reirse.

-¿Disculpa? No entiendo lo que me quieres decir- y recuerdo al BMW metiendose en mi camino en el estacionamiento y yo gritando como las locas- Ah, ¿entonces tu eres el del lujoso BMW que se metió en mi camino?-me cruzo de brazos.

-No me cruze en su camino, solo tuvimos la misma idea de cojer el mismo estacionamiento- baja sin esfuerzo mi crema de coco- tienes un humor muy por encima de las nubes nena.

-Primero, no me digas nena, y segundo, si ves que venia, ¿porque no te paraste en lugar de meterte y casi chocar mi auto?

-Me pregunto lo mismo- tiene una sonrisa en la cara que quiero quitarsela con una cachetada pero me contengo, es un hombre muy guapo.

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-Madrugar no es lo tuyo, me doy cuenta- ríe y bebe de su café.

-!Ya dije que lo siento!- ambos reímos, como acabamos en un café? Luego de conversar y hacer las compras literalmente juntos me invito a desayunar y yo como la cerda que soy, acepté- Lo es desde que tengo memoria- miro el café con espuma que tengo en las manos recordando mis días en el convento, donde las hermanas nos levantaban antes de que los gallos cantaran. Quedamos en silencio unos minutos, cada uno metido en sus pensamientos.

-Sabes? No quería incomodarte pero tu cara me es muy familiar- explota como si se hubiese tragado esas palabras por siglos.

-¿Ah si?, ¿De donde me has visto o crees verme?

-¿Me dijiste que vienes de un convento cierto? Eres esa mujer que desde niña acosan en las noticias por un gran misterio aquí en Denver- directo al grano, pense por un momento que no me reconocería y podría tener una conversación en paz sin nadie me recordara esos días.

-Si soy yo, Amanda Garfield, la niña que escapó de ese convento en llamas y logro sobrevivir sola en distintos hogares hasta que cumplió los 18- digo sarcásticamente enojada- me tengo que ir, gracias por el café y la comida estuvo muy rico, nos vemos- me levanto lo mas rápido que puedo y me escapo de allí escuchando a mis espaldas su voz gritando mi nombre. Me monto en mi auto y salgo lo mas rápido de allí - Que estúpida eres Amanda, ni un día tranquila puedo tener- contengo las lágrimas hasta llegar a casa...

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⏰ Última actualización: Aug 30, 2019 ⏰

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Saga: La Triple Luna: Una Historia Por ContarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora