Todo empezó aquel día por la noche...llegaba mi papá de trabajar
-Hola papá.
-Hola ¿y tu mamá?
-En su recámara.
-¿Qué esta haciendo?
-No se porque no entras y vez.
(Entra mi papa a la recámara)
-Hola osa ¿como estas?
-Bien gracias, ¿te doy de comer?
-Si, deja me lavo las manos.
(Mi mamá le sirve de comer y se sientan en el comedor)
-¿Como te fue en el trabajo oso?
-Pues bien, me toco ir hasta Toluca.
-¿Tomaste verdad?
-Si me tome una cerveza que me invitaron.
(Comienzan los gritos, me encierro en mi recámara)
-¡Es que acaso jamás puedes decir que no!a ver por que no aceptas una botella de agua un refresco, no a fuerzas tienes que ser tu maldito vicio de tomar!
-Hay siempre tienes que empezar a discutir.
-Es que no no puede ser posible!
"Empiezan a discutir cada vez más fuerte, y empiezan a subir el volumen y la tensión"
-Ya estoy harta de tu maldito vicio, ya me canse yo no salgo y me la paso encerrada aquí.
-Hay por favor te puede salir, que no quieras ya es otra cosa.
"Tienen una pelea demasiado fuerte, me encierro en mi cuarto y empiezo a llorar"
Al otro día...
-Hola mami, ¿cómo estas?
-Bien corazón.
-Mamá...¿te divorciarás de mi papá?
-¿Por qué dices eso?
-Los escuche discutir muy fuerte ayer, pero dime lo harás?
-No se hija, no se.
En ese momento, me caen lágrimas a mi mejilla, y pienso en lo terrible que fuese mi vida, si se divorciaran...
"Llega mi papa y comienzan a discutir de nuevo"
-Ya no te aguanto, vamos a separarnos.
-Como quieras.
Se va de la casa mi papá, y me quedo sola con mamá.
Pasaron días y días y papá sólo llamaba a ver como estaba.
Esa vez había sido, la primera vez que mis papas habían discutido al grado de llegar separarse.
Tenía mucho miedo, pero no había que hacer.
Pasaron semanas o un mes, no recuerdo con exactitud, y papá regreso lo abrace fuerte.
-Hola papá ¿ah que has venido?
-Regresare unos días.
-De verdad? Que bueno.
Todo comenzaba a regulizarse, ya se hablaban de nuevo mis papas, esperaba que todo fuera bien hasta que...volvieron a discutir y de ahí se volvió una rutina para mi, llegar de la escuela, cambiarme, comer, hacer mi tarea y encerrarme en mi cuarto escuchando música o distrayendo me porque sabía que cuando llegaba papá, la casa se convertía en un campo de batalla...
Después de mucho tiempo todo "mejoraba" pero era raro el día que no había discusiones, era como una costumbre que diario pelearan.
Los quería mucho a ambos, era obvio ambos eran mis padres, pero me lastimaban al pelear, ellos no lo veían, pero a la que le causaban esa tristeza, esa gran cortada por dentro.