Capítulo 8

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Lauren POV

-¿No te gustan los gatos?.- Pregunte y ella negó. Habíamos acabado de comer y decidimos salir a un parque que estaba muy cerca de la cafetería, yo estaba empujándola en el columpio.

-Sé que son lindos y todo eso, pero prefiero los perros, son más cariñosos y más alegres, la mayoría del tiempo están dispuestos a jugar contigo.- Tenía buenos puntos.

-Bueno, también prefiero los perros.

-¿Tienes alguno?

-No, pero me gustaría tenerlo.

-A mi también.

-¿Tampoco tienes?

-No, la casa en la que vivimos no es tan grande para tener uno.

-¿Ni uno pequeño?

-Bueno, no lo sé.- Sonreí, creo que ya tenía un buen detalle para ella.

-¿Y esa sonrisa?.- Preguntó mirándome durante unos segundos.

-Oh, nada.- Ella me dedico una mirada de "no te creo".

-Si tú lo dices.- Sonreí y me vino a la mente el recuerdo del restaurante.

-¿Sabes algo?, aún no estoy nada conforme con el trato de hace rato.- Paré el columpio y me puse frente a ella, provocando que me mirara confundida.- El beso.- Aclare y sonrió divertida.

-Ya te lo di.- Negué.

-¿Y por qué no repetirlo?.- Se levantó del columpio colocándose frente a mi, ella era un poco más baja que yo.

-Porque ya hice lo que quedamos, solo era un beso, uno y ya, no más.

-No fue exactamente el beso que quería.

-Bueno, según recuerdo, tú nunca especificaste nada, no dijiste cómo sería el beso, así que yo ya cumplí con nuestro trato.

-No me parece algo justo.

-¿Y qué piensas hacer al respecto?.- Me acerque a ella, ambas estábamos sonriendo.

-Se me ocurren un par de cosas que podría hacer.- Susurre cerca de sus labios y note como se puso nerviosa.

-¿Cómo qué?.- Preguntó mirando mi boca. Vaya, estaba retándome, pero podía controlarme, o eso creo.

-Como...- Me acerque un poco más a su boca.- tal vez ir por más comida, creo que aún tengo hambre.- Me aleje de ella y me miró confundida.- ¿Qué?

-Nada.

-¿Esperabas que dijera o hiciera algo más?

-No.- Dijo y comenzó a caminar, lucía molesta, y yo solo podía sonreír.

-Bien, ¿se te antoja algo?

-No lo sé, yo no tengo mucha hambre.

-Oh, ya se, descubrí un lugar fantástico hace unos días.- Subimos a la moto y nos dirigimos a la pastelería que había encontrado hace unos días atrás.

-¡Lauren!.- La dueña me recibió cariñosamente, últimamente había estado viniendo aquí en mis ratos libres.

-Hola, Gloria.- Correspondí su abrazo. A ella la conocí cuando era pequeña, vivía cerca de mi casa y ahí vendía pasteles, quería tener un gran negocio, pero por alguna razón, termino yéndose y por casualidades del destino, pude encontrarla aquí.

-¿Quieres lo de siempre?

-Y un poco más.- Me miró confundida.- Ella es Camila.- La tome de la mano y la coloqué a mi lado.- La traje para que pruebe los mejores postres de su vida.- Gloria sonrió mirando a Camila.

Señorita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora