Literatura y álgebra

"beber veneno por licor suave, 

olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe, 

dar la vida y el alma a un desengaño"

(Soneto 12, Lope de Vega)

Entre la literatura y el álgebra hay un limbo infecto de olor y sentidos. Lo lamento pero hay una parte del cerebro que no acierto a calcular. Entre la ciencia y el mito hay una lógica caótica improvista de enunciados que debate intuitiva y natural. No responden los números del aire espontáneo, de su perfume, escala y proporciones; ecuaciones con más incógnitas que razón. Tu "x", de inexacto, no se deja despejar en un tiempo y un espacio que en mi límite tiendes a veces a infinito, siempre y cuando mi veleta no borre las huellas de tu viento. Me abrumo en nieblas de cuentas - sumas y restas - de una operación impar con otras, a corazón abierto; que el tacto ahora siempre gana a la promesa de después.

Entre la literatura y el álgebra hay un limbo infecto de olor e imaginación. Lo lamento pero hay una parte del cerebro que no acierto a calcular. Entre la ciencia y el mito hay una lógica caótica improvista de enunciados que debate intuitiva y natural. A priori, siempre es perfecto el encuentro entre dos números primos que arrastran consigo dilemas y acertijos reacios a acertar. Desde la prehistoria del lenguaje hay detalles que fallan al nombrarse... y me jode tanto reconocer que para esto aún no hay palabra, ni la habrá. No le pongo cara y se escapa sin dueños ni amarres, pero que no intente tu ambición entender en balde, porque yo - que no entiendo nada- te cambio ancla por alas, tierra por aire, pasos por baile.