00.

36 4 0
                                    

Otro día más.

Otro día frente a ese enorme espejo.

Otro día practicando solo una y otra vez sus movimientos.

Quizas si hubiera alguien aquí sería un poco más divertido y no tan estresante. Y todos los días, después de terminar, ese pensamiento invadía su cabeza.

Llevaba sólo un par de meses en la empresa, pero el día que fue aceptado le dijeron que pronto conocería a sus demás compañeros, sin embargo ellos nunca llegaban. Era agotador ir después de clases a practicar y no tener a alguien con quien conversar, en quien apoyarse.

El es Ten, tu compañero.

Y ahí, donde todos los días practicaba sus pasos de baile, estaba él. Su tan anhelado compañero, quien parecía algo perdido, pero demasiado alegre para su gusto. Esa nariz, esa sonrisa, esos ojos...

Es Tailandés, así que podrán tener un poco de dificultades para comunicarse, de todas manera él maneja un poco el idioma.

Otro día.

Otro día encontrándose con él, a solas en esa enorme sala de ensayos.

Otro día mirando discretamente al otro a través del reflejo del espejo.

Cuando baila parece concentrarse mucho y su semblante es serio... Es guapo. TaeYong sólo quería un compañero, alguien que no lo hiciera sentir solo, pero Ten era más que un compañero y le hacía sentir algo más que simple compañía. Tiene una bonita sonrisa también.

Aunque parecía que les costaba comunicarse, Ten siempre se esforzaba por aprender y manejar cada vez más el idioma. Quería poder conversar con él, quería reír junto a él, quería decir muchas cosas y a veces no conocía las palabras para poder expresarlo.

Me gusta como bailas, Tae.

Y TaeYong lo había notado, que Ten siempre lo observaba en silencio, casi escondido, desde la puerta cuando llegaba un poco tarde. Lo que no sabía era que Ten siempre llegaba primero, simplemente se escondía porque le gustaba verlo bailar tan concentrado cuando estaba solo. 

Otro día.

Otro día en el que se escapaban un ratito a otra sala escondida del edificio.

Otro día en el que preferían hablar, reír, porque también estaban cansados.

Otro día de miradas coquetas, sonrisas, y manos que se buscaban sin parar una a la otra.

Otro día juntos.

Me gustas, TaeYong.

Y se miraron a través del espejo, Ten sentado atrás mientras observaba el cuerpo de Tae moverse bajo un ritmo imaginario, porque él prefería observar sus movimientos sin música que lo acompañe.

Todo lo que me gusta de ti, se reduce a esto... Me gustas.

Y definitivamente Ten no era sólo un compañero. No era sólo alguien que le hiciera compañía en sus solitarios días de ensayo.

Era más que eso, era el chico extranjero de bonita sonrisa que siempre animaba sus días, que le sorprendía cuando llegaba emocionado diciendo que había aprendido algo nuevo. Ten era la persona que quería y necesitaba el resto de su vida al lado.

Y los días pasaban, los meses, los años. Hoy, mirándose por el espejo, miradas cómplices y sonrisas llena de intenciones, ya no estaban solos, era una sala llena de quienes se habían convertido en sus demás compañeros. Hoy, alcanzando al fin su sueño juntos, mirando el escenario que tanto habían anhelado, escuchando el grito de un pequeño grupo de chicas, sintiéndose nerviosos, es que se convencen que quieren estar toda la vida juntos.

Te amo, TaeYong. Estoy feliz de haber sido tu compañero, de ser elegido el compañero de ese chico solitario que ensayaba todos los días sin parar.

Y cierran cada palabra con un beso, tomando sus manos con fuerzas antes de enfrentar sus sueños cara a cara.

Y yo te amo a ti, Ten.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 31, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

[TaeTen] CompañerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora