Todo era un desastre. Odiaba a todo el mundo, la misma sociedad que te crea es la misma que te destruye, y yo ya estaba destruida. La vida se encargo de quitarme lo poco que me quedaba, ya no tenía a nada ni nadie, de que servía seguir si al fin y al cabo a nadie le importas realmente, nunca nadie te llega a querer o amar como tanto dicen, eso es mentira, nadie te quiere, nadie te ama al menos así lo era para mí, pero quien me iba a notar si era invisible.