Capítulo uno
- ¿Y, te lo cogiste? -
~ ¡Cállate, Daniela! Axel, resultó ser un pendejo a tiempo completo. Te voy a pedir un favor ¿Vale? ¡NO VUELVAS A PRESENTARME A TUS AMIGOS! ~
- Mía, querida. Vos no podés andar así por la vida, tenés que tener un novio que te ayude a equilibrar tus "Emociones". Además, una buena cogida sacará todo ese "Stress", qué tenés acumulado. -
~ Daniela, hazme un favor y ya no me hables más del tema por hoy ¿Vale? ~
- ¡Está bien! Sólo pretendía aportar un poco de claridad, de luz, a tu vida, pelotuda. -
~ Son las diez y media de la noche, Daniela. ¿Te parece si salimos a algún antro? ~
- ¿A un antro? No me jodas, vamos a un bar, escuché que abrieron uno nuevo, ni la menor puta idea de cómo se llama, pero si sé donde está. Creo que van a haber bandas de Rock "En vivo" y según dicen, también harán especies de reuniones entre poetas y ese tipo de huevadas aburridas -
Y, nos fuimos al bar, no tardamos más de veinte minutos en llegar, pues estábamos muy cerca del centro de la ciudad. Apenas íbamos entrando, se escuchaba la música del grupo que tocaría hoy, aun estaban ensayando. Además creo que le hacían tributo a un chingo de grupos de rock latinoamericanos. Por fin entramos, nos sentamos en una mesa cerca del escenario, y ambas pedimos un par de cervezas. No pasaron más de diez minutos, y el grupo empezó a tocar. Yo la verdad ni me había fijado en los tipos, sólo estaba enfocada en la cerveza, y en mis propios pensamientos. Empezaron con la primera rola, y en ese mismo instante, algo atrapó mi atención, hasta el escenario. ¿Habrá sido su voz? No lo sé, pero hasta la canción recuerdo;
"En miércoles fríos, la estación oscura. A poetas cobardes, les mete pavura. Sin embargo cuando, tiene tu figura, firme y taconeando, vos la haces pintura"
- Esa canción es de "Las pastillas" - Gritó, Daniela -
Mientras seguía afanada cantándola, y la canción seguía;
"Desacreditan mi arte, de seducción mis gomías. En noches de tanguería, y sin parar de mirarte..."
Y en ese preciso instante, nos miramos fijamente a los ojos. Ahí recién lo noté sobre el escenario. Hace un buen de minutos que tenía esa sensación de que; alguien me miraba. Y claro, era el vocalista. Cantaba y cantaba, y sin parar de mirarme. Y la canción continuó:
"Caen sentados de traste, sus ratones no dan tregua, me dicen "Huacho" Robaste ¿Qué haces con tremenda yegua?"
Era guapo, cantaba de maravilla ¿Qué más podía pedir?
- ¿Te diste cuenta, pelotuda? ¡El tipo te está mirando a vos! Dijo, Daniela.
¿Y yo? Yo con mi cara de enamorada a más no poder. ¿Me estaba cantando a mí?
Luego de aproximadamente una hora de excelente música, por fin terminó el Show. Daniela, ya me tenía harta contándome que esa banda era de su país. Estaba encendiendo un cigarrillo, cuando de improviso escuché una voz de macho recio:
- ¡Hola! ¿Les gustaría sentarse con nosotros? -
Yo ya me estaba preparando para mandarlos a chingar a su madre, levanté mi mirada, y era él. Mi rostro cambió de inmediato, y al parecer él lo notó. Porque comenzó a reír a carcajadas.
Luego sin quitarme la vista de encima, y con un notorio acento extranjero, dijo:- un placer, chicas. Soy Jorge. -
Y al momento de decir "Placer" su mirada se profundizó aun más en la mía. Más embobada no podía estar, hasta que la pendeja esta, rompió el silencio.
- ¿Sos chileno, vos? Yo soy Argentina, un orgasmo... Digo, un placer conocerte, papacito. -
- ¿Van, o se quedan? Volvió a preguntar.
Tomamos nuestras cosas y nos fuimos con ellos. Jorge se sentó a mi lado, e inmediatamente empezamos a platicar. Daniela intentó entrometerse en nuestra charla, pero ni Jorge, ni yo, la pelamos.
Seguimos en lo nuestro, era un tipo maravilloso, realmente me tenía embobada. Luego de un buen rato, Daniela desapareció con uno de los músicos, los demás se dispersaron, y yo me quedé sola con él.
Luego de las miradas, las risas, y los roces de manos, terminamos besándonos.
¡Y qué bien lo hacía!
Me preguntó si quería ir a un lugar "Más cómodo".~ ¡No, gracias! Aquí estoy bien, y yo no soy cómo mi amiga, Daniela. ~ Le dije, mientras le guiñaba un ojo.
Pues precisamente venía llegando ella, arreglándose el vestido.
- ¡Qué mal que coge el baterista! - Dijo, Daniela.
Los tres nos echamos a reír. Luego de eso, intercambiamos números, nos despedimos, y él se fue junto a sus amigos.
- ¡Ya cagaste, debiste cogertelo ahora! - Dijo, Daniela.
~ ¡Daniela, sí acepté que me dejara su número, y le di el mío, es porque se va a radicar en México. ~ Le respondí.
- !Qué bien que le vas a conocer la pija! - Añadió.
~ Y eso no es todo, nos invitó a otro bar, para mañana ~
Y luego de estirar su dedo medio, cerrar la palma de la otra mano, e introducir el dedo reiteradas veces en el hueco que quedaba. Ambas nos echamos a reír por su grosería.
Continuará...
Autor: David Véliz Laroze. (D.R.G.)
Libro: "Versos ardientes"
© Derechos reservados, 2019.