Pedido solicitando por Makenzie070espero cumplir con tus expectativas. Disfruten
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Era un día nublado y frio el bosque era cubierto por una densa niebla, el viento soplaba suavemente a través de las hojas de los arboles, la corriente de aire desordenaba uno que otro mechón de tu cabello. Tu cuerpo estaba tenso y tu respiración era agitada, el cansancio era algo que invadía cada parte de tu cuerpo.
Frunciste tu ceño, la mirada que mostrabas era severa ante el demonio que te mirara de forma burlesca, esa mirada de alguna forma te provocaba enojo y te irritaba.
—Eres fuerte— hablo de forma burlesca.— Pero no lo suficiente.— Confeso
Apretaste tus dientes tratando de no perder el control de ti mismo, clavaste tus uñas en tus palmas provocando que un líquido de color rojizo se desliza por tu mano. Soltaste un suspiro tratando de equilibrar tu ira, sabias muy bien que si no lo hacías terminaría actuando de forma imprudente.
—Tu sangre huele deliciosa— hablo el demonio, paso su legua sobre sus labios su mirada está fija en ti mientras que tu lo mirabas con asco.
Apretaste tu espada entre tus manos y procediste a atacarlo. El demonio seguía con su expresión de burla en su rostro te estaba desesperado, recibiste un golpe en el estómago eso no lo viste venir la niebla se volvía cada vez más espesa esto beneficiaba al demonio dificultaba tu campo de visión.
Una pequeña llovizna comenzó a descender del cielo volviendo el suelo húmedo tu misión cada vez se complicaba más.
—Diablos— te quejarse, tus manos aun seguían en tu estómago por el golpe que te había proporcionado el demonio— La nieve es tan espesa que se podría cortar— hablaste—Estoy en problemas.
—No te esfuerces— hablo
—¿Quien eres?— preguntaste, aquella voz te puso en alerta.
Mirabas a todas las direcciones tratando de encontrar al dueño de la voz, no era la del demonio esta voz sonaba tranquila y gélida. La nieva de la nada se comenzó a esparcir dejando ver a un joven de cabellos largos color negro con las puntas de un tono menta y ojos del mismo color.
—Tu estado no es bueno— hablo el cazador de ojos color menta— Deja que yo me encargue.
No te dejo responder, el joven de ojos color menta blandio su espada y acabo con el demonio en un abrir y cerrar de ojos. Una expresión de asombro se hizo presente en tu rostro. El había acabado con el demonio con tanta facilidad mientra que a ti se te habían complicado en tan solo darle un golpe.
—¿Quien eres?— volviste a interrogar al no tener respuesta anteriormente.
—Cierra la boca— hablo, su voz sonaba neutra no expresaba nada
—Eso fue grosero— murmuraste, volteaste tu cabeza y frunciste el ceño
—Muichiro Tokito— respondió el pilar.
—Muichiro— murmuraste, cerraste tus párpados por un par de segundos tratando de memorizar su nombre.
Muichiro saco un par de vendas de su uniforme para luego tomar tus manos con suavidad.
Tus pómulos se tornaron de un color rojizo ante el tacto de este, apartarse tus manos rápidamente.
—¿Eh?, no te haré nada— hablo Muichiro— Solo vendaré tus manos— dijo
Volvio a tomar tus manos con delicadeza como si estas se fueran a romper en cualquier momento, cubrió tus manos con la fina tela con sumo cuidado tratando de que no ardiera, poco a poco las vendas de color blanco tomaron una tonalidad rojiza.
—Listo— hablo, su mirada que estaba posada sobre sus manos subió a tus ojos. Ambos chocaron sus miradas te encontraste con unos ojos color menta. Muichiro soltó tus manos lentamente, aún sentías la calidez de sus manos en tu piel.
Sus miradas aun seguían conectadas observaste que su largo cabello estaba siendo desordenando por una suave brisa helada dejando un par de mechones en su rostro, pero al cabo de unos segundos Muichiro aparto su mirada.
—Sígueme, te llevare a un lugar en donde atiendan mejor tus heridas— su tono de voz seguía siendo neutra no cambiaba.
No respondiste, no hacías ni el mínimo movimiento.
—¿Por qué debería?— cuestionaste, frunciendo el ceño colocaste tus manos en tu cintura.
Aún que el te haya ayudado no significa que confiaras en el, para ti era un completo, desde pequeña se te enseño a no hablar con extraños y esta no iba a ser la excepción.
—Necia, estas herida— hablo el pilar fruncido el ceño.
—No soy ingenua— dijiste cruzando tus brazos.
—No te piensas mover ¿verdad?— dijo, soltó un suspiro pesado llevando su mano a su frente para luego dibujar una pequeña sonrisa burlona en sus labios.
Lo miraste extrañada, cerraste tus parpados por un segundo pero al hacerlo el peli negro ya no estaba en su lugar ni tu tampoco.
Estabas entre los brazos del pilar, en su rostro permanecía la sonrisa burlona en sus labios. Acerco sus labios a tu oído, sentías su respiración en tu cuello.
—Si lo eres— susurro Muichiro
Muichiro comenzó a caminar contigo en sus brazos.
—Quita esa sonrisa de tu rostro— reprochaste al pilar.
—No lo haré— respondió Muichiro—Te queda bien el rojo en tu rostro—dijo soltando una pequeña carcajada.
—Callate — murmuraste, tu rostro estaba de un rojo intenso, ocultaste tu rostro en su pecho de la vergüenza.
Muichiro sabia controlar muy bien sus emociones así que para el pilar no representaba ningún problema pero un leve color rojizo se hizo presente en su rostro.
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