ni aquí ni allá

La abuela de mi amigo Martín murió ayer, le confesé, con algo de pena, que siempre me pareció rara la señora por su forma tan peculiar de hablar, me dijo que no me apurada, que él también pensaba eso de ella, bueno, yo contó que tuvo, vaya, varias etapas: por los años que parecen estar estancados en el ayer, retrocedió siempre las manecillas, según él tiene una explicación y era que, pues, fue afectado por la muerte de un ser querido: su esposo; esto ocasionó que hablara en pasado como "fui a dormir" e iba, "comí" y lo hizo; por otro tiempo, muy corto y muy difícil para ellos, rompía todo lo que anunciaba la hora, los relojes, destrozaba los celulares, las teles, los radios, las computadoras: anhelaba detenerse, ya no avanzar más; después combinaba los tiempos en sus oraciones, así como "dormí el día de mañana", "me bañaré hasta ayer", ahí, tal vez, ni aquí ni allá estaba; hasta los últimos días de su vida, miraba hacia el infinito, unos ojos extraviados, una voz dirigida a nadie, comenzó a hablar sin conjugar los tiempos, indicando cosas como "ir a salir a pasear", "tomar el periódico", quizás ya no tomaba en cuenta la fatalidad, el recuerdo ni los años encadenados.