Ahogo

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Su garganta parecía atrapada en una tos incesante, ninguno de los presentes comprendíamos por que a la mitad de la sesión de la ouija Manuel había comenzado a escupir sangre, después de eso parecía como si su garganta fuera obstruitruida por algo desconocido, todos nos acercamos para intentar ayudarle, pero mientras más cerca estábamos de él, el sonido era mas fuerte, parecía que quería vomitar, y entonces lo hizo, un extrano especimen salio expulsado por su orificio bucal, cayo frente a nosotros, parecía un renacuajo, oscuro, desagradable, todos nos quedamos sin habla, nos hundió el temor, que se volvía dudas sobre la decisión de acercarnos, Manuel comenzó a llorar, como un niño pequeño al que le hubieran dado la peor noticia de su vida, un llanto insoportable, algo que ninguno de los presentes podíamos soportar ver.

Berenice empezaba a temblar, gritando cosas que endurecían el ambiente.
—Nos vamos a morir por jugar ese artefacto del diablo.
Todos quisimos evitar reír, la situación nos ponía nerviosos, la verdad es que estabamos aterrorizados, pero supusimos que Manuel habia planeado alguna broma con alguien más.

-¿Luisa como dejamos de jugar? Creo que esta es una señal para dejar de hacerlo. -Melissa se coloco frente a mi preguntado como dejar el juego, pero no sabia que decirle, la verdad es que no sabia, me habian regalado el artefacto por mi diecisiete cumpleaños, ya que mis padres rockeros de corazón, apreciaban mi pasión por las cosas oscuras. pero yo no conocia las reglas, ni que procedimiento seguir, justamente Manuel habia sido quien nos habia guiado hasta el momento, y se encontraba tan shockeado que no podíamos preguntarle.

-No lo se, no se las reglas, tal vez solo debamos dejarlo.

-Me niego a dejarlo así.- Berenice levanto la voz

-Por que? .- Javier pregunto sin comprender la respuesta, se acerco a ella y le tomo la mano, hace varios años que salian, asi que solo el podia ser capaz de calmarle.

-En las peliculas siempre dicen que hay que cerrar la sesión, si no mal recuerdo era solo pedirle permiso para salirnos o algo por el estilo.

-Eso no se va a poder.- Manuel habia hablado con una voz seca, ronca y fuerte, parecia otra persona. - Me temo que nadie podrá dejar de jugar, hasta pagar cada uno de sus pecados, así como este pequeño ser disfruto de asifixiar a la chica con la que salía, ha vivido el ahogo, así cada uno pagara sus pecados.-

-Marta que hasta ahora habia permanecido en silencio, comenzo a reir, una carcajada sonora que llenaba el cuarto.- Si de eso se trata sere la primera, dejame adivinar que me tocaría querido Manuel, mmm una especie de parto demoniaco? por que te recuerdo que aborte a tu bebé...- No hubo terminado la oración cuando un liquido espeso y carmesí empezo a bajar por sus piernas, Marta que minutos antes parecia valiente  se encojia lentamente en un ovillo gracias al dolor, un llanto lleno la habitación, pero no había ningun bebé, Melissa lloraba, todos se encontraban aterrados, Martha parecía desangrarse, pero ninguno se acercaba a ayudarle.

Manuel volvio a levantar la voz. -Veamos quien sigue. -Todos temblabamos de miedo, queriamos salir de ahí pero no nos era posible, las puertas habian desaparecido, estabamos en una especie de cuarto sin salida.

-Elijo a Javier.- Todas giramos a verlo, Javier comenzo a temblar, veiamos como su cuerpo se congelaba lentamente, el vapor salia de su boca, no entendiamos como estaba sucediendo eso, el comenzo a llorar, balbuceaba algo apenas comprensible. -Lo siento Berenice, lo siento, debi haberte dicho que aquel día que te quedaste encerrada en el congelador fue mi culpa, estaba cogiendo con tu hermana Mariana, y por accidente cerramos la puerta del cuarto frio, pudiste haber muerto, y yo estaba traicionandote. -Manuel comenzo a reir a carcajadas, mientras berenice se tocaba el rostro entre lagrimas, incredula de lo que escuchaba.

-No te apures Bere, tu tambien tienes pecados, todos excepto una persona aquí tienen cosas que pagar, pero no sabran hasta pagarlas.

En el suelo Berenice convulsionaba, sus manos intentaban aferrarse al suelo, espuma comenzo a salir de su boca, no entendía que sucedia, hasta que vi una cruz marcarse sobre su frente. -Recuerdas aquella vez que marcaste a aquella niña en el orfanato por desobedecer a la monja, hoy pagaras lo que ella sufrio, y disfrutaras mucho al igual como ella lo hizo mi pequeña Bere, no creas que olvide tu noche de pasión con este cuerpo, recuerdas todo lo que hiciste esa noche.

Me encontraba aterrada, quería dejar de jugar, quería poder ayudar a mis amigos, Manuel se acerco lentamente, su mano se poso en mi cara, quería llorar pero el miedo me dejo paralizada. - Mi querida Luisa, tu haz olvidado nuestra pequeña aventura, aquella noche cuando frente al espejo me hiciste aparecer en tu vida, que te tocaste para mi con la luz de las velas, aquel conjuro en el que marcaste tu pertenecia a mi, a quien ahora soy tu dueño, tu señor, tu unico error ha sido traerme aquí, y hacerme desearte. Espero estes lista, pues tienes dos opciones, salvar a tus traicioneros amigos, e  irte conmigo, o cerrar el juego y dejarlos morir, en ambas opciones yo Nelseo ganare, tu juego, tu decisión.

Los recuerdos de aquella noche de ebriedad llegaron a mi de golpe, no pensé que aquel libro de artes oscuras fuera real, habia traido a un demonio, y sin embargo solo podía elegir una opción.

Pero ahora me encuentro enterrando cadaveres, de aquellos que sus pecados pagaron, y prendiendo una vela para mi dueño, esperando reclame mi alma y al otro lado seguirle como muñeca vacia que en su juego se guia.

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⏰ Last updated: Aug 08, 2023 ⏰

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Historias de terror para una noche en vela ©Where stories live. Discover now