Une soirée élégante

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Y pues empezamos con el reto~

Dios mío, no tienen idea de lo atrasada que voy con este evento, pero le seguimos haciendo la luchita, ¿Por qué? No hay por qué (?)

Este es el primer día ("Dance") de la Innefable Week, ~ Organizada en Tumblr, por si alguien más gusta participar en esta~ Es una actividad interesante, y nadie juzgara en qué idioma esten escribiendo, por si les preocupa. La organizadora es muy amable <3

Anyway, sin más preambulo, espero que les guste esta historia <3

Disclaimer: Good Omens le pertenece a Neil Gaiman, Terry Pratchett y Amazon Prime.

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Era una tarde de 1816, en un tranquilo barrio pudiente de Inglaterra, donde Crowley vivía, por ahora. El pelirrojo terminó de servir el té. Usualmente no era él quien lo preparaba, pero bueno, el ángel se veía demasiado perdido en sí mismo que tuvo que levantarse a apagarlo y servirlo en pequeñas y elegantes tazas de porcelana.

– Oh, nunca pensé que un consejo tuyo fuera a resultar tan apasionante. – Auch, la primera estocada. Que de verdad el ángel no podía estar un rato sin ser cruel, sin querer, claro, con el pobre demonio.

– Sí, sí, de nada. – Le entregó la taza y se sentó con pesadez en la silla contraría. – ¿Vas a contarme acerca de tu emocionante noche al fin, o seguirás parloteando?

Aziraphale rió y alzó los hombros. Crowley solo rodó los ojos, tratando de tener paciencia.

– Bueno... Se que te dije que no iría muchas veces, pero al final, seguí tu consejo y le hice caso a aquella invitación...

~~~

No muchas personas suelen invitarme a eventos de este tipo. He escuchado que hay damas y caballeros comprometidos que van ahí a cometer adulterio, por ello me resistía tanto a estas mascaradas, llenas de coquetería...

El carruaje se iba acercando al salón. Aziraphale sostenía sus ropas con algo de dificultad y nervios. Tal vez debería decirle al conductor que prefería volver a casa... pero sería extraño, ya estaba demasiado cerca. Y supuestamente había decidido hacer esto para entretenerse, para curiosear.

Crowley había dicho que los humanos cambian rápido, si no lo experimentaba una vez, no lo conocería nunca... Y que también podía encaminar a un humano al buen camino nuevamente, si es que se le acercaba alguno con una intención de pecar.

Seguí y tu consejo y me presenté con el cuerpo de una dama. No soy del todo fan de sus enormes faldas, pero bueno, en realidad se veía muy bien, por lo que estaba a gusto.

Bajó una vez los caballos se detuvieron por completo. Dos pajes le ayudaron al darle la mano y ella acomodó su máscara una vez le indicaron que podía entrar. No tenía idea si había escogido el atuendo correcto...

Entró al salón y un par de miradas se dirigieron a ella. Se puso nerviosa, tal vez sí había escogido el vestido incorrecto. La tela de un beige tan ligero tirando a blanco se encontraba en sus mangas pomposas y en algunos adornos de su falda. El celeste resaltaba su torso, al igual que la falda, un tono tan suave que parecía el color del cielo en un buen día despejado. La máscara también buscó que fuera recatada, de los mismos tonos claros, y pocos detalles. Lo suficiente para ocultar su identidad, pero no sus ojos azules.

1816Where stories live. Discover now