El taxi se detuvo en la casa Griffin alrededor de las 5 p.m. Clarke, exhausta y casi delirante por el estrés de los finales, pagó al conductor, agarró sus maletas y las arrastró hasta la puerta principal. Parte de ella solo quería dejarlos en el porche. La idea de llevarlos escaleras arriba a su habitación era demasiado difícil para ella.
Se detuvo por un minuto para prepararse para el bombardeo de preguntas de su madre. Fue entonces cuando oyó que la puerta principal se cerraba en la casa contigua a la de ella. Miró y vio a una niña de su edad que llevaba una bolsa de ejercicios y una pelota de fútbol y las arrojó a un automóvil. Llevaba sudaderas holgadas y una sudadera con capucha con la capucha puesta sobre su cabeza. Clarke no tenía la mejor vista de ella, pero no podía apartar los ojos. Como si sintiera que la estaban observando, la niña miró a Clarke. Ella le dio un rápido asentimiento antes de subir a su auto y marcharse.
Clarke asintió, pero ya era demasiado tarde. Ella sonrió ante su propia tontería y abrió la puerta principal.
"¿Mamá?" Abrió la puerta principal e inmediatamente se sintió como en casa con el olor a panqueques golpeando su nariz.
"¿Clarke?" Abby Griffin apareció desde la cocina con una espátula. "¡Estás en casa!"
Envolvió a su hija en un abrazo y ayudó a llevar sus maletas dentro de la casa.
"¿Desayuno para cenar?" Clarke preguntó con entusiasmo.
"Eres la favorita", confirmó Abby, mientras volvía a la cocina para voltear el último panqueque. "Sé que probablemente estés cansada. Así que cenaremos rápido y solo te detendré por unos minutos antes de que te instales. Tenemos todo el verano para ponerte al día, después de todo. Cuando yo ' No estoy en el hospital, quiso decir. ".
Clarke asintió y revisó sus maletas tratando de encontrar su teléfono.
"¿Ya hablaste con Raven? Sé que estaba ansiosa por verte". Abby estaba terminando de agregar el almíbar a los panqueques.
"Todavía no. Le enviaré un mensaje de texto mañana. Cuando Octavia regrese, probablemente saldremos todas. Esta noche, solo necesito dormir".
Clarke se sentó cuando Abby colocó los panqueques sobre la mesa. Inmediatamente se metió todo lo que pudo en la boca. Se había olvidado de comer esta mañana y justo ahora le recordaba cuánto amaba los panqueques de su madre.
"Entonces, algo nuevo y emocionante está sucediendo por aquí", preguntó Clarke, con la boca llena.
"Simplemente impresionante, Clarke". Su madre tuvo que reírse de lo mal educado que estaba siendo su hija
"¿Qué?" Clarke empujó aún más en su boca. "solamente estoy haciendo una pregunta".
Abby se rio. "No, no mucho desde Navidad. Sin embargo, tenemos nuevos vecinos. Les he saludado un par de veces. Parecen agradables, pero en general se mantienen solos y no parecen estar en casa con demasiada frecuencia. "Creo que tienen una hija de tu edad. O alguien que los visita. Acabo de verla la semana pasada".
"Sí, creo que la vi cuando llegué aquí". Clarke se limpió la boca con el dorso de la mano y se levantó. "Gracias por la cena, mamá. Necesito desesperadamente una siesta de cuarenta horas". Le dio a su madre un beso en la mejilla. "Buenas noches."
Abby suspiró y murmuró para sí misma. "No, está bien. Voy a limpiar. Y no te preocupes por esa servilleta al lado de tu plato. Sí, solo usa el dorso de tu mano como un bárbaro".
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Una puerta que se cerró de golpe despertó a Clarke. Miró su teléfono: las 6 de la mañana. ¿Quién demonios se atrevería a despertarla a las 6 de la mañana? Se levantó de la cama y caminó hacia su ventana. Estiró el cuello y vio a la misma chica de ayer que estiraba en su porche. Clarke observó cómo se movía de un lado a otro, aflojando los músculos de sus piernas. Después de unos minutos, se fue corriendo por la calle con su pantalón holgado y su sudadera gris claro. Clarke inhaló profundamente, molesta por la chica que la despertó, pero al mismo tiempo curiosa por ella.
