Prólogo.

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Siempre después de un dulce  “hola”, hay un amargo “adiós.

Realmente creí que te quedarías a mi lado, pero fui muy ingenuo al pensar eso. Tú me dejaste muy claro ese día que no querías volver a saber nada de mí, que me desapareciera de tu vida.

Me dolió como el infierno, pero me prometí a mí mismo jamás humillarme por nada ni por nadie, porque yo no merezco verme tan miserable, ni nadie tan feliz por verme así. Por lo que, tuve que dejarte ir.

Pasaron los días, las noches, y y me dije a mí mismo que era hora de olvidarte, de dejarte ir, porque aunque tú fuiste mi primer amor, también fuiste la primera persona que me hizo sentir tan miserable, que no valía nada. Para mi desgracia la frase que dice: el primer amor durará toda la vida aunque sea sólo en recuerdos, tiene tanta razón.

Porque a pesar de que lo intento mi torpe corazón no quiere dejarte ir, él todavía conserva la esperanza de que regreses y eso es bastante tonto de su parte.

Puede que algún día te vuelva a ver, pero eso no significa que lleguemos a tener algo de nuevo, esa idea es totalmente patética.

Algún día te olvidaré, pero por ahora tendré que vivir con tu recuerdo que me atormenta cada noche.

©annie__corxx.

Próximamente...

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