Mystery In Derry

Capítulo 1

Han pasado dos semanas desde que mis padres me avisaron que nos mudaríamos, ahora me encontraba escuchando música en mi walkman (The Smiths – How soon is now?), mirando por la ventana del auto el largo trayecto que mostraba la ruta que nos llevaría a nuestro nuevo hogar, Derry.

Al principio cuando recibí la noticia no me agradó mucho la idea, solo por el hecho de que soy una chica que suele dar varias vueltas al asunto, es decir, pienso mucho. Cuando en realidad a veces no debería hacerme tanto la cabeza. En este caso me empecé a plantear el ¿por qué? de todos los lugares que podrían haber asignado a mi padre, justo tenía que ser un pequeño pueblo al que casi nadie conocía, es más yo la primera vez que lo escuche fue cuando él me lo nombró. Habiendo tantas ciudades hermosas, de grandes negocios, no, simplemente le asignaron Derry, y papá por supuesto por la buena paga y ascenso acepto. Obviamente estoy feliz por él, sé que es una buena oportunidad para la familia, pero si me pongo a pensar en todo, pensar en ese tema me genera un poco de bajón. El segundo tema es la época del año en la que nos encontramos. Solo queda una semana y media de clases para que comiencen las vacaciones y por ese corto lapso tendré que asistir a clases igual en un pequeño colegio. Pensé que no haría falta ya que es re poco tiempo, pero mi madre se encargó de que pasen todas mis notas al nuevo colegio, para que puedan cerrar mis notas trimestrales ahí. En definitiva sentí que me cagaron, ya que me había ilusionado pensando que al llegar a Derry estaría oficialmente de vacaciones, y por otro lado pensaba que ni tiempo tendría de poder sociabilizar correctamente y hacer amigos como para poder entretenerme en vacaciones.

Pensando en todas esos temas no me había dado cuenta que me quedé dormida hasta que me despertaron mis padres avisándome que ya habíamos llegado a nuestro nuevo hogar. El camión de mudanza ya nos estaba esperando, ya que sin nosotros, no podrían ingresar todos nuestros muebles. Observe mi reloj de muñeca, eran las 11:15 de la mañana, dentro de todo habíamos llegado bastante temprano, pero de todas formas el sol se sentía bastante pesado. Baje del auto y observe todo a mi alrededor, el barrio era bastante lindo y aparentaba ser muy tranquilo.

La casa era bastante bonita, tenía dos pisos lo que sería planta baja y el primer piso con las habitaciones. En el patio delantero había varias flores, unas pequeñas escaleras para subir al hall donde se encontraba la entrada. Me quedé observando la fachada cuando de pronto me sentí observada. Mire para donde percibí la mirada y resulto ser que en la casa de al lado se encontraba un chico flaco, de tez blanca con lentes y pelo negro, observándome. Al parecer ese era su hogar, y se encontraba saliendo de él, cuando se percató que lo descubrí observándome dejó de hacerlo y se subió a su bici para luego irse rápidamente.
Lo dejé pasar y decidí entrar a mi nueva casa para poder conocerla por dentro.

Era bastante agradable, me gustaba. Al entrar lo primero que podías observar era la escalera que conectaba con la planta alta. Del lado derecho se encontraba el living, y en el lado izquierdo se encontraba el comedor y cocina. Mis padres ya iban desempacando varias cosas y poniendo los pequeños objetos decorativos en lo que serían sus respectivos lugares. Yo por mi parte decidí buscar mis cajas para poder llevarlas a donde sería mi habitación en los próximos años, o meses, si es que no nos volvíamos a mudar. Subí las escaleras con una de las cajas en mis manos, y observe el pasillo. Había cuatro puertas, la primera era la habitación principal, la más grande y de por si esa seria para mis padres. La segunda era el baño. Así que tendría que decidir entra las últimas dos puertas que quedaban; me decidí y elegí la última habitación que daba al pasillo y entre. Era bastante amplia, me costaría un montón poder llenarla completamente ya que mi habitación anterior era más pequeña. La ventana daba con la ventana del vecino, por un momento pensé si sería la habitación del chico que se encontraba chusmeando nuestra mudanza, pero luego descarte esa idea, ya que tendría que ser una enorme casualidad para que eso sucediera.

Una vez que termine de acomodar mi nueva habitación, me di cuenta de que el día había avanzado bastante rápido. Perdí todo el día acomodando y me arrepentí, ya que me hubiese gustado poder salir a caminar, recorrer e ir conociendo un poco el pueblo, pero para eso tendría bastante tiempo. Escuche que mi madre me llamaba para ir a cenar. Baje las escaleras y la mesa ya estaba lista, mis padres ya me esperaban sentados para poder cenar.

-¿y Mery, qué tal tu nueva habitación?, ¿Te gusta?- preguntó mi madre.

-Sí, es bastante grande. Podría tener hasta tres camas más por si quisiera hacer pijamadas con amigas! – bromee.

Mis padres rieron el unísono.

-Bien, me alegro que te haya gustado- dijo mi padre e hizo una pausa. –Acuérdate que debes dormir temprano, mañana tienes que ir a tu nuevo colegio.

-Si Pá, lo recuerdo.- Si no lo mencionaba ni me hubiese acordado de ese asunto, pero si debía ir al colegio y encima a la mañana. Nunca me había tocado asistir al colegio a la mañana. En mi anterior instituto te daban la posibilidad de elegir en que turno querías asistir, por supuesto yo iba al turno tarde. Pero ahora tendría que ir a la mañana y acostumbrarme, sabía que iba a costarme. - ¿Me llevaras al cole, no cierto?- pregunté.

-Obvio hija, además me quedas de paso al trabajo, entramos casi a la misma hora.

Terminamos de cenar y ayude a mis padres a juntar la mesa. Luego me despedí y fui a preparar la ropa e útiles que llevaría mañana. Una vez que tuve todo listo, finalmente me acosté. Estaba demasiado agotada, había sido un día bastante largo y agotador; mañana sería un nuevo día y sin darme cuenta me dormí pensando en si podré hacer amistades o no.