˟♡ ༘໑ › SOFT !

Intro: Soft.

—Kookie—. llamó JiMin después de un rato tratando de llamar la atención del pelinegro de ojos gatunos.

JungKook, que en ese momento estaba pelirrojo, se separó del agarre de TaeHyung en su cintura y del beso esquimal.

—Ujum... —hizo un sonido de asentimiento para que el mayor continuase. —Ayúdame, por favor—. rogó el contrario con un pequeño puchero, mirando por el rabillo a aquel chico.

—¿Con qué YoonGi? ¿Eh? ¿Te trae revolucionado? ¿Qué tiene? Además de su mirada y carácter tan helado.

— En el fondo.

— Muy en el fondo — agregó TaeHyung, entrecerrando sus ojos avellanos. JiMin rueda los ojos, cansado de todo el mal que le tiran a su próxima pareja.

— Es amable, en serio, no se han dado cuenta, pero de un rato siendo su amigo (he visto, ya que no me he acercado) es tan —, a JiMin le dió un tipo de ataque de azúcar—. es un amor.

— Te ayudaré, pero solo si nos invitas a una fiesta a tu casa, y nos dejas rato de pareja de una vez — JiMin tiene una casa grande, se la daría por unas semanas, luego el ordenaría.

— Si, si, si, si, si — estaba tan, tan emocionado —acepto.

— JiMin, te quiero mucho, pero cumple porque... —agarró el lápiz del estuche de su amigo y lo quebró. — olvídate de tu amigo

TaeHyung se acercó cuando JungKook se fue. —Ah—suspiró enamorado —lo amo tanto — pero, ¿quién sería activo en esa relación? — Preguntó sin vergüenza.

—Él—. A JiMin le gustan las sorpresas.

—Oh, ya veo— Taehyung no poseía lo llamado "filtro" en conversaciones, tales, de relaciones.

— Acuérdate de pedirle que lo haga lento, JungKook siempre se queja que soy muy brusco, y que le dejo mar...

— Sisisisisi, no quiero saber más —se acercó al oído de Tae y susurró —Si quiero, pero tengo miedo que Jeongguk escuche.

— Al café de la sala del fondo. El de al lado de 구내 식당 콘 — anotó.

— ¿Cafetería Cono? — preguntó para asegurarse.

— Así es.

— JiMin estará ahí, y me contarás, sobre Jeonggukie.

— Hermano, a veces creo que estas enamorado de Jeongguk. Hablas como tal.

— Te veo — se bajó de la mesa de picnic en la que estaban sentado y se alejó a su casa a comer. Tenían 3 horas de inter - receso.

(...)

— ¡JiMin! —llamó aquella señora, llamada madre.

—¿Si?

—¿Qué tal tus deberes? ¡¿Sabes qué me voy, no?! — Gritó... Eso es lo que más hace y aún así su voz angelical y dulce logran calmar a JiMin.