Siempre he confiado en ti.

3.4K 346 225
                                    

Capítulo 30.

Siempre he confiado en ti.

Kris arrugó la nariz, el olor a químicos demasiado fuerte en el ambiente aturdía sus sentidos desarrollados, lo peor era que no sabía de dónde provenía exactamente si estaba en una sucia callejuela, pero iba a averiguarlo. Se escuchaba el sonido de vehículos, algunas sirenas de patrullas a lo lejos y el sonido amortiguado de la música de los locales contiguos. Nada inusual.

Después de estar en el segundo nivel del bar, siguió al sujeto sospechoso por una puerta de mantenimiento, la cual daba a las escaleras de servicio y luego al callejón trasero. La basura también olía horrible, pero se obligó a mantener la compostura, sobre todo si tenía que esconderse detrás de contenedores oxidados y rancios. Hasta que vio al sujeto sospechoso entrar a un edificio viejo, reuniéndose antes con dos más en la puerta.

Ya había avisado a David y este aseguró llegar con refuerzos, confiaba en que le encontraría, así que se arriesgó; esperó un poco después de que los tres sujetos entraran y luego se aventuró a hacer lo mismo, y qué bueno que lo hizo, el aroma le estaba causando dolor de cabeza.

--

-

Liam alcanzó a ver a la distancia cuando Kris entraba a un desvencijado edificio, ahora más que nunca las dudas le asaltaron, según lo que había entendido, Kris trabajaba en unas cómodas oficinas, o en su defecto desde el ordenador de su casa u hotel; no en esa pocilga. Y, definitivamente, allí no podía vivir su prometida. Sabía que los sentidos de los lobos estaban más desarrollados, por eso tuvo mucha cautela, dejaba una distancia prudente entre ellos para no ser escuchado y aprovechaba la pestilencia de los desechos para no ser reconocido; además, no era como si en el pasado no hubiera seguido a su hermano, en resumen: sabía cómo seguir a un lobo, por lo que no sería atrapado fácilmente, o eso pretendía.

Espero poco más de un minuto y se aventuró a cruzar la calle, tapándose la nariz con el antebrazo, sorteó los botes de basura y entró al edificio. En su mejor momento, la construcción seguramente había sido un conjunto de departamentos, la estructura se prestaba para ello, además de que, al lado de la puerta principal, había grandes ventanales por donde la luz de la farola del alumbrado público se colaba.

Una vez en el interior percibió un aroma ácido, probablemente químicos, además vio que el recibidor tenía un gran boquete en el suelo, con cautela se acercó a la orilla y miró hacia abajo, había por lo menos dos niveles subterráneos, eran sótanos: oscuros, polvosos y llenos de muebles grandes, tal vez roperos o anaqueles viejos. Observó más allá, cruzando el ancho hueco en el piso, y encontró unas escaleras, Kris seguramente había subido por ellas.

Esta era la última oportunidad que tenía para echarse hacia atrás y regresar por donde había venido; pero no, decidió continuar y averiguar qué estaba sucediendo, qué secreto ocultaba Kris. Además, ¿qué era lo peor que podría encontrar? ¿A Kris con su futura mujer?, ¿O con otro amante quizá?

Con eso en mente, y mucho cuidado, rodeó el agujero y llegó al pie de las escaleras, notó huellas sobre el polvo, podría apostar a que eran de Kris; dio el primer paso y no hubo rechinido, eso estaba bien. Poco a poco fue subiendo tratando de no hacer ruido, solo el pasar de los autos por la calle cercana rompía el silencio. Hasta que llegó a la primera planta, pensó en seguir ascendiendo, pero luego prefirió continuar por ese pasillo, pegado a la baranda.

Cuando sus ojos se ajustaron a la penumbra, pudo notar las puertas de lo que pudieron ser departamentos u oficinas, estaban mohosas y despintadas, pero no se atrevió a abrir ninguna, pues no escuchó nada sospechoso tras ellas; así que regresó por el mismo pasillo y se arriesgó a seguir subiendo por las escaleras.

ClearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora