-¿Se fue a las siete? -preguntó Fuzz con incredulidad.
Yoongi rio divertido al pasarle a su amiga una taza de té y volver a sentarse en uno de los extremos del sofá.
-Nada ha cambiado.
-Por el contrario -lo contradijo Fuzz-. Es obvio que él quiere que vuelvas.
¡Fuzz y su afición a los finales felices!
Había llegado a casa de madrugada, todavía embelesada con su anillo.
-Lo quiere a causa del bebé –respondió Yoongi.- ¿Te gustaría que algo así fuese la única base de tu matrimonio? -preguntó con sequedad.
-Por supuesto que no. ¿Entonces qué vas a hacer?
-Le permitiré que me mantenga, eso debe satisfacer su sentido de la obligación.
-Es posible que las cosas no sean como tú crees y que él con sinceridad quiera a su niño y te ame. Tal vez no mienta en algo tan importante. Fíjate, por ejemplo en Luigi, se casó con la madre de Jungkook por su dinero -los ojos de Fuzz se entristecieron-. Pero ha sido sincero conmigo, ahora se ha reformado. Jungkook pudo ser cualquier cosa cuando era más joven, pero ha cambiado.
-Si Jungkook llega a cambiar alguna vez, no será por mí. Créemelo Fuzz -musitó-. Y no necesita una pareja. Tiene suficiente servicio doméstico que se encarga del mantenimiento de sus casas y amantes van y vienen. Eso es lo que le gusta a Jungkook, la clase de vida que prefiere.
En el lapso de incómodo silencio, el timbre de la puerta sonó dos veces.
-Debe ser para ti -dijo Yoongi.- Jungkook no vendrá hasta las diez.
Mientras Fuzz iba a abrir, Yoongi entró en su habitación, aliviado de que hubiese terminado aquella charla, porque tenía que vestirse, pues estaba en camisón.
-Creo que llegué antes de tiempo -dijo la voz de Jungkook desde la puerta del dormitorio, Yoongi sintió un escalofrío que le recorría la columna vertebral-. ¿Ya has terminado de hacer las maletas?
-No voy a ir a ninguna parte, así que no tengo que hacer las maletas.
-Creí que anoche ya habíamos puesto todo esto en claro -expresó Jungkook y su sonrisa desapareció.
-Si ello te hace sentir mejor, aceptaré la pensión que me ofreció Lew. Entonces podré alquilar alguna pequeña casa, sería la mejor solución.
-¿Dónde está tu anillo? -tomó la mano izquierda de Yoongi-. ¿No te da vergüenza en tu estado ir sin anillo?
-Es que mis dedos engordaron igual que mi figura -explicó mientras soltaba la mano-. ¿No comprendes, Jungkook? ¡No es necesario que hagas más sacrificios!
-No tengo madera de mártir -aseguró Jungkook con una mueca-. ¿Por qué no te vistes? El día es hermoso y gozarás del viaje hasta la casa.
Yoongi pensó que era como darse contra una pared y deseó terminar con ello, antes de echarse a llorar.
-No voy a ir a ninguna parte contigo, así que vete y sigue adelante con la clase de vida que llevabas antes de que Luigi te fuera a ver ayer –replicó Yoongi.
-Una vida de trabajo.
-¿En serio?
La tensión chisporroteaba entre ellos.
-Te lo advertí -declaró Jungkook, respiró con suavidad y sus manos se posaron firmes en la cintura de Yoongi y de súbito lo levantó en el aire. Yoongi pataleó y gritó.
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Pasión Agridulce ♡Kookgi♡
FanfictionEn un momento de desesperación Yoongi le pide a Jungkook que se case con él. Su abuelo adoptivo le había dejado toda su herencia con la condición de que se casara con alguno de sus nietos, pero debió haber olvidado que el despreocupado Jeon Jungkoo...