[DULCES SUEÑOS]

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➡️ Vampiros AU.

➡️ 1346 palabras.
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Sentí su pecho musculoso pegado a mi espalda y su cálido aliento rebotándome en la nuca, al mismo tiempo que sus caricias me erizaban la piel expuesta del muslo izquierdo.

Suspiré.

Por instinto atrapé mi labio inferior entre mis dientes y poco a poco, sin abrir los ojos, fui removiéndome despacio sobre el colchón.

—Son las 4 de la madrugada.— le dije.

Era un queja real por parte de mi cerebro y sin embargo, mi cuerpo ya había reaccionado a su calor, haciéndome levantar el culo de manera desvergonzada, solo para frotarlo contra su erección semidura.

Chanyeol gimió despacio.

Un beso pequeño me humedeció el principio del cuello y entonces sentí su mano callosa navegando entre mis piernas.

Las abrí para él, sin decoro alguno, dejándole acariciarme el vientre desnudo, mientras jugaba un poco con la cinturilla de mis bóxers.

—Sé leer el reloj.— me dijo.

Y antes de que pudiera responderle, sus manos pasaron a acariciarme los muslos.

Casi pude ver la sonrisa lujuriosa que se le extendió en el rostro, en el instante en que me tomó con fuerza de las caderas, impulsándome lo suficiente como para darme la vuelta y montarme en su regazo.

Suspiré, sintiendo la excitación palpitando en mi pene humedecido.

—Lo hicimos hace dos días.— jadeé, completamente perdido en sus caricias.

Chanyeol gruñó.

Su pelvis se alzó de golpe, frotándose contra la mía y yo gemí, acompañando sus empujes con los suaves movimientos de mis caderas.

—Lo sé.— respondió, sus dedos marcándose en mis piernas regordetas.

Luego subió su mano despacio, deslizándola por mi pecho hasta llegar a aferrarse a mis cabellos revueltos. Jaló hacia abajo, haciendo que me inclinara en su dirección, entonces se acercó a la curva de mi cuello.

Gimió para mi placer y su lengua bailó en mi oreja izquierda.

—Pero hoy quiero que me la metas tú.— susurró.

Sus palabras cosquillearon desde mi bajo vientre hasta la punta de mis pezones sensibles. Y en un segundo, mi diestra respondió a su petición lujuriosa, ajustándose alrededor de su cuello masculino.

El animal dentro de mí gruñó gustoso cuando enterré mis dedos en la piel blanquecina de Chanyeol. El pecho me vibró cuando lo apreté de manera dominante y un par de jadeos y maldiciones se escaparon de sus labios.

Entonces me balanceé en su regazo.

Frotándonos lo suficiente hasta que sentí su pene responder a mi toque y su humedad chocando con la mía.

Con el pecho hinchado de satisfacción me incliné en su oído.

—¿Qué es lo que quieres?

Le dije, mi voz salió ronca por el deseo. Diferente.

—Ya te lo he dicho.— se quejó y sus manos apretaron mis caderas

Era verdad, ya lo había hecho.

Me había susurrado sus deseos, despacio y sin vergüenza. Pero a estas alturas yo necesitaba que me los gritara. Necesitaba que los gimiera.

Quería que me rogara.

Homoerotic °CHANBAEK°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora